XXIV Domingo del Tiempo Ordinario

Esta es la homilía del domingo 16 de septiembre de 2007 .


Resumen de la homilía:

Dios nos ama siempre y así como somos. Como Padre que ama a su hijo siempre espera y desea que el hijo vuelva a casa. Si viene arrepentido, porque hizo mal, el Padre, ve a su hijo que viene y ya le ha perdonado. El pecado grave nos separa del Padre, pero Dios sigue amando al hijo y esperando su venida. Cuando en nuestra vida todo es bueno y estamos bien, algunas veces nos olvidamos del Padre, no lo necesitamos para nada. Si enfermamos, estamos sufriendo, solos, sin trabajo, tristes, entonces si nos acordamos del Padre, y decimos: ¡qué feliz era yo cuando vivía en casa y gozaba del amor del Padre!Y con la fuerza del Espíritu Santo, decimos, “me levantaré y voy a la casa de mi Padre”.

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Estas son las lecturas del domingo 16 de septiembre de 2007 .
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a Timoteo (1, 12-27)

Querido hermano Timoteo:
Doy gracias a Jesucristo, nuestro Señor, que tuvo confianza en mí y me dio este ministerio.
Yo antes era un perseguidor de los cristianos y un soberbio. Pero Dios tuvo compasión de mí porque yo no era creyente y no sabía lo que hacía. El Señor derramó su gracia en mí, y me dio la fe y el amor en Jesucristo. Pueden tener confianza y aceptar sin dudar lo que yo les digo: que Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el más pecador. Y por eso se compadeció de mí: para que en mí, el primero, manifestase Jesucristo toda su paciencia y yo pudiese ser testigo de todos los que crean en Él y tendrán la vida eterna. Al rey de los siglos, inmortal, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén

Palabra de Dios.
R. Te alabamos Señor.

SALMO RESPONSORIAL

R. Iré a la casa de mi padre y le pediré perdón.

Dios mío, por tu bondad, ten misericordia de mí,
por tu gran compasión borra mi culpa;
limpia mi alma del mal que hice,
perdona mi pecado.

R. Iré a la casa de mi padre y le pediré perdón.

Oh Dios, dame un corazón puro,
cámbiame por dentro con buen espíritu;
no me apartes de ti,
no me quites tu santo espíritu.

R. Iré a la casa de mi padre y le pediré perdón.

Señor, abre mis labios,
y mi boca te alabará siempre.
Mi sacrificio es un espíritu dolorido;
un corazón arrepentido y humillado,
tú no lo rechazas.

R. Iré a la casa de mi padre y le pediré perdón.


EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas (15, 10-32)
Jesús dijo esta parábola:
"Un hombre tenía dos hijos, y el más joven dijo a su padre: "Padre: dame la parte de la herencia que me pertenece".El padre dividió sus propiedades entre los dos hijos.Unos días después, el joven se fue a un país lejano, y allí gastó todo su dinero en fiestas y mala vida.Cuando ya había gastado todo su dinero, hubo un tiempo de mucha hambre en aquel país, y el joven no tenía que comer.Fue a buscar trabajo y un señor le dio trabajo de cuidar cerdos.Tenía hambre, y deseaba coger la comida de los cerdos, pero nadie le daba comida.Entonces pensaba: ¡Cuántos trabajadores de la casa de mis padres tienen pan y buena comida, y yo aquí me muero de hambre!Voy a la casa de mi padre y le diré: "Padre, he pecado contra Dios y contra ti, ya no puedes llamarme hijo; seré un criado tuyo". Y volvió a la casa del padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio, y muy emocionado, fue corriendo al encuentro de su hijo, lo abrazó y lo besó.El hijo empezó a decir: "Padre, he pecado contra Dios y contra ti, (1) y ya no puedes llamarme hijo".Pero el padre dijo a sus criados: "Deprisa, traer la mejor ropa y vestirle, ponerle un anillo en el dedo y zapatos en los pies. Maten un becerro y celebremos un banquete con alegría, porque este hijo mío estaba muerto y ha resucitado; (2) estaba perdido, y lo encontramos". Y empezaron el banquete y la fiesta.El hijo mayor estaba en el campo; y al venir a la casa oyó la música y preguntó a uno de los criados qué pasaba.El criado le dijo: "Ha regresado tu hermano, y tu padre mandó matar un becerro (3), porque tu hermano ha venido bien".El hermano mayor se enfadó y no quería entrar en la casa. El padre salió a buscarle y le pedía que entrase en la casa a la fiesta.Pero el hijo dijo al padre: "Hace muchos años que vivo contigo y siempre te obedecí, y nunca me diste un becerro para hacer una fiesta con mis amigos, y ahora viene este hijo tuyo, que ha gastado todo su dinero con malas mujeres, y le matas un becerro y haces una fiesta".El padre le dijo: "Hijo mío: Tú siempre estás conmigo y todas mis propiedades son tuyas; pero es justo celebrar una fiesta y alegrarnos, porque tu hermano había muerto y ha resucitado; estaba perdido y lo hemos encontrado"(4).
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti Señor Jesús.
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1 Dios manda obedecer a los padres; si desobedecemos a los padres pecamos contra Dios.
2 Volver a la vida.
3 Toro de pocos meses de nacido.
4 La parábola del hijo pródigo es el mejor ejemplo del amor y la misericordia de Dios. El padre sale al encuentro del hijo perdido, le abraza y le perdona. Así es el amor de Dios a todos los hijos que se arrepienten y vuelven a la unión con el Padre.