En el corazón del misterio

EL MEMORIAL
Cuando terminaron las aclamaciones, después de la Consagración, el sacerdote continúa la Plegaria y recuerda otra vez lo que Jesús hizo, durante la última Cena y durante toda su vida, y también recuerda su venida al final de los tiempos.
Al hablar del pasado, ese memorial, es más que un sencillo recuerdo. Tiene el poder de revivirlo, darle vida. Lo que sucedió en aquel tiempo, sucede ahora otra vez aquí y para nosotros. Nosotros mismos entramos dentro del hecho salvador de la Pascua del Señor.
Por eso se llama a la Eucaristía como “memorial de la Pascua de Cristo”. Por eso mismo estamos en el centro de la Oración que elevamos al Padre.



LA OFRENDA
Al recuerdo se une el ofrecimiento. El presentar al Padre este sacramento, que es la única ofrenda que ha logrado totalmente la unión entre Dios y los hombres, el único sacrificio, la única entrega de amor total, que ha conseguido para siempre lo que los antiguos sacrificios no podían conseguir. La entrega que hizo Jesús en la Cruz, se actualiza, se hace presente en la celebración de la Eucaristía.
Lo que hace la Iglesia es presentar al Padre el sacrificio de la Muerte Pascual de Cristo. No ofrecemos a Dios animales, como hacían antiguamente, ofrecemos a Jesucristo, y nosotros nos unimos para ofrecernos con Él.

2ª EPÍCLESIS
Junto con la ofrenda, la Iglesia pide otra vez al Espíritu Santo, para igual que ha convertido el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, convierta a la asamblea reunida en el Cuerpo del Señor. Los cristianos que somos la Iglesia se une a Cristo para ofrecerse junto con Él al Padre. Unimos toda la vida, a la entrega de Cristo.

INTERCESIONES
La salvación para siempre todavía no ha llegado; lo cristianos tenemos que recorrer un camino muy duro por eso recordamos las necesidades de la Iglesia y del mundo. Pedimos por el Papa, por nuestro Obispo, por los difuntos y nos acordamos de los santos, especialmente de la Virgen María.

DOXOLOGÍA

Es la aclamación final al Padre, por Jesucristo en unión con el Espíritu Santo: “Por Cristo, con Él...y en Él”, Por Cristo no han venido de Dios todos los bienes y por Cristo elevamos al Padre nuestra mejor alabanza. La Asamblea responde “Amén.”