III Domingo de Adviento

Esta es la homilía del domingo 16 de diciembre de 2007 .




Resumen de la homilía:

Domingo de alegría por la proximidad de la venida del Señor.
Los judíos llevaban siglos esperando al Mesías salvador.
Jesús en su vida pública no obra como los sacerdotes del Templo.
No respeta el sábado, se reúne con los pecadores, manda amar a los enemigos...
Juan, que está preso, oye esas cosas, y no ve claro la forma de obrar de Jesús.
Envía a dos discípulos a preguntarle si es el Mesías o hay que esperar a otro.
Jesús responde con sus obras y su anuncio de evangelizar a los pobres.
Somos felices de creer en Jesús, pero nuestra esperanza debe ser activa.
Ser testigos en el amor y servicio a los demás y la evangelización de los pobres.
Para poder ser testigos hay que conocer bien a Jesús, conocer su vida y su doctrina.Jesús dice que Juan es el más grande de los profetas, el mayor de los nacidos de mujer.

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Estas son las lecturas del domingo 16 de diciembre de 2007 .

PRIMERA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol Santiago (5, 7-10)

Hermanos: Tengan paciencia hasta la venida del Señor Jesús.
El labrador espera con paciencia el fruto de la tierra, mientras viene la lluvia.
Vosotros también tengan paciencia, y sean fuertes porque la venida del Señor está cerca. No murmuren unos de otros, para que no les condenen. Miren que el juez está ya llegando.
Copiad como ejemplo los sufrimientos y la paciencia de los profetas que predicaron la venida del Señor.
Palabra de Dios.

R. Te alabamos Señor.


SALMO RESPONSORIAL 145

R. Ven, Señor, a salvarnos.

El Señor es eternamente fiel,
hace justicia a los que sufren,
da pan a los que tienen hambre.
El Señor da libertad a los presos.

R. Ven, Señor, a salvarnos.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor levanta a los que se caen,
el Señor ama a las personas justas,
el Señor cuida a los peregrinos.

R. Ven, Señor, a salvarnos.

El Señor ayuda a la mujer viuda,
y cuida al niño huérfano.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, por los siglos de los siglos.

R. Ven, Señor, a salvarnos.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11, 2-11)

Juan estaba en la cárcel y sus discípulos le contaban las cosas que hacía Jesús. Juan envió a dos discípulos suyos para que le preguntaran a Jesús: “¿Tú eres el que tenía que venir o esperamos que venga otro?”
En ese momento Jesús curó a varias personas enfermas y dio la vista a unos ciegos.
Entonces Jesús contestó a los dos discípulos de Juan: “Vayan a decirle a Juan lo que ustedes han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son curados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia. Y ¡feliz la persona que me encuentra y no se equivoca conmigo!”
Cuando se fueron los enviados de Juan, Jesús habló a la gente de Juan Bautista: “¿qué fueron a ver al desierto? ¿Una caña movida por el viento? ¿Qué fueron a ver? ¿Un hombre vestido con ropas de lujo? Las personas que visten ropas elegantes están en los palacios de los reyes. Entonces ¿qué fueron a ver? ¿un profeta? Eso sí, porque Juan es más grande que un profeta.
Las Escrituras hablan de Juan cuando dicen: “Yo envío a mi mensajero delante de ti, para que te prepare el camino. Yo les digo la verdad, entre los hombres nacidos de mujer no hay nadie más importante que Juan; pero el más pequeño en el Reino de los cielos es mayor que Juan.”

Palabra del Señor.

R. Gloria a ti Señor Jesús.

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