DOMINGO SEGUNDO DESPUÉS DE NAVIDAD

Esta es la homilía del día 3 de enero de 2008.





Resumen de la homilía:

La fe es un don de Dios para creer y aceptar la doctrina cristiana.
Todo es un misterio que no podemos comprender.
Dios: Padre Hijo y Espíritu Santo son eternos y un solo Dios.
Cuando el Padre creaba todo, allí estaban el Hijo y el Espíritu Santo.
El Hijo es la Palabra del Padre, Él nos comunica todo.
Viendo al Hijo vemos al Padre que con el Espíritu Santo son un solo Dios.
El Hijo nació de una Virgen, se hizo hombre y se llamó Jesús.
A todos los que aceptan a Jesús les da poder de ser Hijos de Dios.
Se hizo hombre para compartir nuestros problemas y salvarnos.
El día 25 celebramos el aniversario del Nacimiento de Jesús.
Ahora es necesario que Jesús nazca en nuestros corazones.

Para una fe firme es necesario el encuentro personal con Jesús.

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Estas son las lecturas del día 3 de enero de 2008 .


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro del Eclesiástico (24, 1-2. 8-12)


La sabiduría se alaba a sí misma dentro de su pueblo, habla en la Asamblea de Dios y se glorifica delante del Todopoderoso. En su pueblo será alabada, y admirada en la reunión de los santos; recibirá alabanzas de la multitud de los elegidos y será bendita entre los benditos. El Creador del universo me mandó, me dijo donde poner mi tienda. Me dijo: “Ponla en Jacob. Que Israel sea tu propiedad.” Desde el principio el Señor me había creado. En la santa morada, en su presencia, ofrecí culto y en Sión me establecí; en la ciudad elegida me hizo descansar, en Jerusalén está mi poder. Me quedé en un pueblo glorificado por el Señor, en la propiedad del Señor, y vivo en la congregación total de los santos.

Palabra de Dios.

R. Te alabamos Señor.


SALMO RESPONSORIAL 147

R.-La Palabra se hizo carne y vivió entre nosotros.

Alaba al Señor Jerusalén;
alaba a tu Dios:
que ha fortalecido los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.

R.-La Palabra se hizo carne y vivió entre nosotros.

Puso paz en tus fronteras,
te llena con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra sale veloz.

R.-La Palabra se hizo carne y vivió entre nosotros.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus leyes y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

R.-La Palabra se hizo carne y vivió entre nosotros
.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1, 3-6. 15-18)

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos y perfectos ante él por el amor.
Él proyectó desde el principio que nosotros seamos sus hijos adoptivos por Cristo. Eso es lo que Él quiso y le pareció bueno, para que se alabe siempre esa gracia suya, que tan generosamente nos ha dado en su querido Hijo, sea en alabanza suya. Por eso yo, que he oído hablar de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor a todos los santos, doy siempre gracias por vosotros, recordándoles en mi oración. Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine vuestro corazón, para que comprendan cual es la esperanza a la que les llama, cual es la riqueza de gloria que da en herencia a los santos.

Palabra de Dios.

R. Te alabamos Señor.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan (1, 1-5. 9-14)

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios.

Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho.

En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla y la tiniebla no la recibió.

La palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.

Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre.
Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.
Y la Palabra se hizo carne y vivió entre nosotros, y hemos visto su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.


Palabra del Señor.

R. Gloria a ti Señor Jesús.

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