II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Esta es la homilía del día 18 de enero de 2009.



Resumen de la homilía:

La vocación es una llamada personal de Dios a la persona.
Él tiene muchas formas de llamarnos, directamente como a Mateo y a Pablo.
Por el testimonio de una persona creyente, una lectura, predicación, un suceso…
Pero se necesita un encuentro personal, directo con Jesús, sentirnos seducidos.
Y tener contacto personal con Él en la oración, la comunión, el Evangelio.
El cristiano debe sentirse atraído por Jesús y desear llevarle a los demás.
Juan Bautista dio testimonio de Jesús: “Este es el Cordero de Dios.”
Juan y Andrés siguieron a Jesús y Él les pregunta: ¿Qué buscan? “Venid y lo veréis.”
Maestro “¿dónde vives?” Jesús es el Maestro del mundo, la Palabra de Dios.
Después de estar un día con Jesús, sienten la necesidad de comunicarlo a los demás.
Encontramos al Mesías: el Ungido por el Espíritu Santo, que esperaban los judíos.
Ungido, en idioma hebreo es Mesías; en idioma griego es Cristo.

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Estas son las lecturas del día 18 de enero de 2009 .


PRIMERA LECTURA

Lectura del primer libro de Samuel. (3, 3b-10.19)

En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él dijo: “Aquí estoy”
Samuel fue donde estaba el sacerdote Elí y le dijo: “Vengo porque me llamaste.”
Elí dijo: “Yo no te he llamado; vete a acostarte.”
El Señor otra vez llamó a Samuel. Él se levanto y fue donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy, vengo porque tú me llamaste.” Elí respondió: “Yo no te he llamado, vete y acuéstate.” Samuel todavía no conocía al Señor, porque no le había hablado.
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él fue donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy porque me llamaste.” Elí comprendió que era el Señor quién llamaba a Samuel, y le dijo: “Acuéstate; y si te llaman otra vez, responde: “Habla, Señor, que tu siervo escucha.”
Samuel fue y se acostó. El Señor le llamó igual que antes: “¡Samuel, Samuel!” Y el joven respondió; “Habla, que tu siervo escucha.” Samuel crecía, y el Señor estaba con él; todas sus palabras se cumplieron.
Palabra de Dios.

R.-Te alabamos Señor.

SALMO RESPONSORIAL 39

R.-Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Yo deseaba que viniera el Señor;
Él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca una canción nueva,
de alabanza a nuestro Dios.

R.-Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
lo dijiste y yo lo oí;
no pides sacrificio de purificación.

R.-Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Entonces yo digo: “Aquí estoy
-como está escrito en el libro-
para hacer tu voluntad.”
Dios mío, lo quiero,
y tu ley está dentro de mi.

R.-Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

He anunciado tu salvación
en la gran asamblea;
no he cerrado mi boca;
Señor, tú lo sabes.

R.-Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. ( 6, 13-15. 17-20)

Hermanos: El cuerpo no es para la sexualidad, es para el Señor; y el Señor, para el cuerpo. Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros. ¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes porque lo han recibido de Dios?
Apartarse del pecado. Cualquier pecado que cometa una persona quedará fuera de su cuerpo. El cuerpo no es propiedad vuestra, porque el Señor lo compró pagando un precio muy alto. Por eso, deben dar gloria a Dios con su cuerpo.

Palabra de Dios.

R.-Te alabamos Señor.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan. (1, 35-42)

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dice: “Este es el Cordero de Dios.”
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: “¿Qué buscáis?”
Ellos contestaron: “Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?
Jesús les dijo: “Venid y lo veréis.”
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con Jesús aquel día; serían las cuatro de la tarde.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra a su hermano Simón y le dice: “Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).” Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
“Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)
Palabra del Señor.

R.-Gloria a ti, Señor Jesús.

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