XXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Esta es la homilía del día 5 de septiembre de 2009.




Resumen de la homilía:

Isaías: “Mirad a Dios que nos trae la salvación.” El Señor Ha sido mi fuerza y salvación. Dios es compasivo y misericordioso. Jesús, Hijo de Dios, Dios visible, tiene lástima del sordomudo y lo cura. Jesús dice: ¡Ábrete! No sólo al sonido, también a la vida espiritual, a la Palabra de Dios. Lo peor no es la falta de los sonidos, lo peor es la falta de amor que los margina. La buena Noticia llega a los pobres, sobre todo a los pobres espirituales. El milagro es un signo de que el Reino de Dios ha venido a nosotros. El que no oye y el que no quiere oír, no le interesa. Por ignorancia. ¡Si conocieran lo importante que es encontrarse con Jesús, ser seducidos por Él! Oír y escuchar. Escuchar es oír con el corazón. Dios habla a nuestros corazones. Somos sordos cuando oímos la Palabra de Dios y no hacemos caso, no colaboramos. No compartimos el amor que recibimos de Dios.

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Estas son las lecturas del día 5 de septiembre de 2009.

PRIMERA LECTIRA


Lectura del libro del profeta Isaías. (35, 4-7a)


Decid a los cobardes de corazón: Deben ser fuertes, no tener miedo. Mirad a vuestro Dios que trae la salvación, viene en persona a salvarles.

Se abrirán los ojos del ciego y los oídos del sordo, el cojo saltará como un ciervo, el mudo cantará. Porque brotaron aguas en el desierto, y se convertirá en un lago la tierra seca, lo reseco en una fuente.

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


SALMO RESPONSORIAL.


R.-Alma mía, alaba al Señor.


El Señor es eternamente fiel,

hace justicia a las personas oprimidas,

y da pan a los que tienen hambre.

El Señor da libertad a los presos.


R.-Alma mía, alaba al Señor.


El Señor abre los ojos al ciego,

el Señor da fortaleza a los débiles,

el Señor ama a los buenos,

el Señor cuida a los peregrinos.


R.-Alma mía, alaba al Señor.


El Señor cuida al huérfano y a la viuda

y confunde a las personas malas.

El Señor reina eternamente,

Tu Dios, por los siglos de los siglos.


R.-
Alma mía, alaba al Señor.


SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol Santiago. (2, 1-5)


Hermanos míos: No unan la fe en nuestro Señor Jesucristo con la falta de justicia.

Por ejemplo: vienen dos hombres a nuestra reunión religiosa. Uno viene bien vestido y con anillos en los dedos; el otro es un pobre mal vestido.

Le dicen al bien vestido: “Por favor, siéntate aquí, en este lugar mejor.” Al pobre, le dicen: “ponte ahí de pie o siéntate en el suelo.”

Si hacen eso, están haciendo diferencia entre esas dos personas, están obrando y juzgando mal.

Queridos hermanos, Dios escogió a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a las personas que lo aman.

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


EVANGELIO.


Lectura del santo Evangelio según san Marcos. 7, 31-37.


En aquel tiempo, Jesús fue hacia el lago de Galilea. Y le presentaron una persona sorda que, además, no podía hablar; y le piden a Jesús que le imponga las manos.

Jesús, separó al sordo de la gente, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Después, mirando al cielo dijo: “Effetá”, que quiere decir “Ábrete.” Y el sordomudo empezó a oír y hablar.

Jesús les mandó que no lo dijeran a nadie; pero todas las personas hablaron del milagro.

Y asombrados decían: “Jesús, todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.”

Palabra del Señor.


R.-Gloria a ti, Señor Jesús.