Fiesta del Bautismo del Señor

Esta es la homilía del día 9 de enero de 2010.



Resumen de la homilía:

Juan predicaba la conversión y bautizaba a los que querían cambiar de vida. ¡Jesús se humilla hasta pasar por pecador, pidiendo a Juan el bautismo! Juan Bautista se quedó impresionado cuando Jesús pidió ser bautizado. Juan dijo; “Él es más que yo, y yo no soy digno de desatarle las sandalias” Los judíos sacrificaban un cordero para que Dios perdonase sus pecados. Pero Jesús no tenía pecado, por eso no necesitaba convertirse. Juan dice de Jesús: “Es el cordero de Dios, que quita los pecados del mundo” Eso lo dice el sacerdote en la Misa al presentar el Cuerpo de Cristo. Al bautizarse Jesús, se abrió el Cielo y vino el Espíritu Santo como paloma. Se oyó una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo amado, el predilecto.” El Padre Dios revela al mundo que ese bautizado es su Hijo, el Dios-Hombre. Al entrar Jesús en el río Jordán dio al agua un poder de sanación espiritual. Imitemos a Jesús en su humildad, haciéndose igual que los demás. Desechemos el orgullo y aceptemos que necesitamos convertirnos. Debemos tomar modelo de Jesús y su forma de vida y obediencia al Padre. Que al final de nuestra vida el Padre nos reconozca como buenos hijos suyos.

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Estas son las lecturas del día 9 de enero de 2010.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías. (42, 1-4. 6-7)

Así dice el Señor: “Mirad a mi siervo, a quien apoyo; mi elegido, a quien prefiero. En él puse mi Espíritu, para que dé justicia a las naciones. No gritará por las calles. La caña doblada no la romperá, la luz floja de la vela no la apagará. Defenderá fiel el derecho en las naciones, los pueblos lejanos esperan sus leyes. Yo, el Señor, te he llamado para cumplir mi justicia, te he cogido de la mano, te he enviado para que unas a mi pueblo y seas luz de las naciones. Para que abras los ojos a los ciegos, para sacar a los presos de la cárcel, y lleves a la luz a los que están en la oscuridad.”

Palabra de Dios.

R.-Te alabamos Señor.


SALMO RESPONSORIAL 28

R.-El Señor bendice a su pueblo con la paz.

Hijos de Dios, alabad al Señor,

alabad la gloria del nombre del Señor,

postrarse ante el Señor en el templo.

R.-El Señor bendice a su pueblo con la paz.

La voz del Señor encima de las aguas,

el Señor encima de las aguas fuertes.

La voz del Señor es poderosa,

la voz del Señor es maravillosa.

R.-El Señor bendice a su pueblo con la paz.

El Dios de la gloria ha gritado.

En su templo todos gritan: “¡Gloria!”

El Señor se sienta por encima de las aguas,

el Señor se sienta como rey eterno.

R.-El Señor bendice a su pueblo con la paz.


SEGUNDA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. (10, 34-38)

En aquellos días, Pedro dijo: “Está claro que Dios no hace diferencias; acepta a la persona que lo ama y practica la justicia, de cualquier nación que sea. Dios envió su Palabra a los judíos, anunciando la paz que traerá Jesucristo, el Señor de todos. Sabéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan Bautista predicaba el bautismo, en Galilea. Hablo de Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los enfermos, porque Dios estaba con él.”

Palabra de Dios

R.-Te alabamos Señor.


Aleluya

Se abrió el cielo, y se oyó la voz del Padre: “Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.”


EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. 3. 15-16. 21-22

En aquel tiempo, todas las personas estaban asombradas y dudaban, y todos se preguntaban si Juan sería el Mesías. Juan habló y dijo a todos: “Yo les bautizo con agua; pero viene una persona que puede más que yo, y yo no soy digno de ponerle las sandalias. Él les bautizará con Espíritu Santo y fuego.” Cuando se bautizaba mucha gente, Jesús también se bautizó. Y, cuando estaba orando, se abrió el cielo, vino el Espíritu Santo a Jesús en forma de paloma, y se oyó una voz del cielo que decía: “Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto.”

Palabra del Señor.

R.-Gloria a ti, Señor Jesús.