NUESTRA CONFIANZA EN DIOS


Hay una historia en la Biblia, en el evangelio de Mateo 8:5-10,13, donde un centurión romano se acerca a Jesús a pedirle por la curación de su sirviente que sufría muchos dolores y no podía moverse. Jesús le dice que él ira a su casa a curarle, pero el centurión le dice que el no es digno de que Jesús entre a su casa, que solamente lo mande de palabra y el enfermo curará. Jesús se asombra y dice que ni en Israel había conocido a ninguna persona que tuviera tanta confianza como este extranjero. Mas tarde Jesús le dice: “Como tú has creído así sucederá.
Aquí podemos ver la actitud del centurión, el pudo haber hecho varias cosas: pedir que Jesús fuera a su casa, mandar a un soldado con el mensaje, buscar otro nuevo sirviente sin que le importara los dolores del enfermo, sin embargo, el busco soluciones y siendo extranjero fue a buscar a Jesús, se animó en acercarse al Maestro y eligió poner toda su confianza en Dios al pedirle que mandara, que dijera la palabra de curación y el enfermo sanaría.
Jesús puede alabar esta forma de confianza, con asombro, se maravilla de la fe del extranjero y le dice: igual que creíste así va a suceder. Y el sirviente se curó.