DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO

Esta es la homilía del día 27 de junio de 2010.

Ahora el video también con sonido

Resumen de la homilía:

La vocación es elección de Dios, un don de Señor, que la persona puede aceptar o no. La fe es una vocación y hay que vivirla con fidelidad, vivir de acuerdo con nuestra fe. El que responde sí a la llamada del Señor, debe seguirle sin condiciones, entrega total. El amarse unos a otros es una exigencia de nuestra fe y testimonio del amor a Dios. El pecado es una esclavitud, y con la fortaleza del Espíritu Santo lo podemos vencer. Jesús, con su amistad, no hace libres de la esclavitud del vicio del pecado. Seguir fiel a Jesús debe ser siempre lo primero del cristiano. Cuando el Señor nos elige para una misión nos da la fuerza necesaria para cumplirla. Empezar siempre es fácil, pero perseverar día a día es difícil. Tenemos la obligación de orar pidiendo al Señor nos de la perseverancia final. Somos una familia de hijos de Dios, y por eso debemos ayudarnos con la oración.


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Estas son las lecturas del día 27 de junio de 2010.

PRIMERA LECTURA


Lectura del libro de los R eyes. (19, 16. 19-21)


En aquellos días el Señor dijo al profeta Elías: “Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, del pueblo Prado de Bailén.”

Elías se marchó y encontró a Eliseo, arando con doce vacas en fila. Elías pasó a su lado y le echó el manto encima. Entonces Eliseo, dejando las vacas, corrió detrás de Elías y le pidió: “Déjame decir adiós a mis padres; después vengo y voy contigo.”

Elías le dijo: “Vete y vuelve; ¿quién te lo prohíbe?”

Eliseo cogió dos vacas y las ofreció en sacrificio; hizo fuego con maderos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; después se levantó, se fue con Elías y se puso a su servicio.

Palabrea de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


SALMO RESPONSORIAL 15, 1-2 y 5. 7-8. 9-10. 11


R.-Señor, Tú eres la parte de mi herencia.


Dios mío, defiéndeme que me refugio en ti;

yo digo al Señor; “Tú eres mi bien.”

El Señor es la parte de mi heredad y mi copa;

mi suerte está en tu mano.


R.-Señor, Tú eres la parte de mi herencia.


Bendeciré al Señor, que me aconseja,

hasta de noche me enseña internamente.

Tengo siempre presente al Señor,

con él a mi lado no dudaré.


R.-Señor, Tú eres la parte de mi herencia.


Por eso se alegra mi corazón,

se gozan mis entrañas,

y mi carne descansa tranquila.

Porque no me entregarás a la muerte,

ni dejarás a tu fiel conocer la destrucción.


R.-Señor, Tú eres la parte de mi herencia.


Me enseñarás el camino de la vida,

me llenarás de gozo en tu presencia,

de alegría eterna a tu derecha.


R.-Señor, Tú eres la parte de mi herencia.


SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas. (5. 1. 13-18)


Hermanos: Para vivir en libertad, Cristo nos ha salvado. Por eso, continuar fuertes y no obedecer otra vez a la esclavitud del pecado. Hermanos, vuestra vocación es la libertad: no una libertad para que se aproveche la carne; al contrario, sean servidores unos de otros por amor. Porque toda la ley está en esta frase: “Amarás al prójimo como a ti mismo.” Pero, atención: si se hacen daño unos a otros, acabarán por destruirse unos a otros. Yo les digo: obrar de acuerdo con el Espíritu y no hagáis los deseos de la carne; pues la carne está contra el espíritu y el espíritu contra la carne.

Si les guía el Espíritu, no están bajo el poder de la ley.

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


EVANGELIO.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas. 9, 51-62

Cuando se acercaba el momento de irse al cielo, Jesús decidió ir a Jerusalén. Y envió unas personas por delante. Entraron en una aldea de Samaria para buscar hospedaje. Pero no lo recibieron, porque iba a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, le dijeron:

Señor, ¿quieres que mandemos que venga fuego del cielo para que los queme?”

Jesús les regañó y se marcharon a otro pueblo. Se acercó una persona y le dijo: “Te seguiré donde tú vayas.” Jesús le respondió: “Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde acostarse.”

A otro le dijo: “Sígueme.” El respondió: “Déjame ir primero a enterrar a mi padre.”

Jesús le contestó: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.” Otro le dijo: “Señor, yo te seguiré. Pero déjame despedirme de mi familia.”

Él le dijo: “El que pone la mano en el arado y mira atrás, no vale para el Reino de Dios.”

Palabra del Señor.


R.-Gloria a ti, Señor Jesús.