EL BAUTISMO


AMIGO, PASE Y PREGUNTE



D. JOSÉ, EL CURA, Y PACO, EL HERRERO.


Paco: Buenos días, Sr. Cura, y perdone le moleste, pero hay un problema que me preocupa demasiado.


D. José: Buenos días, amigo Paco, y aquí estamos para servirte, que para eso nos eligió Jesús; pero, por lo que veo, en tu cabeza hay más problemas que en un libro de Matemáticas.


Paco: No tanto, D. José; pero Dios nos dio la cabeza para pensar, y yo no soy como otros que sólo usan la cabeza para ponerse el sombrero.


D. José: Pero, vamos a ver cual es ese problema y si puedo ayudarte. Explícame lo que te trae por la calle de la amargura, por lo que estoy viendo.


Paco: Claro que puede, que para eso le metieron tantos estudios en la cabeza. Se aprende mucho escuchándole a Vd., es como el Espíritu Santo.


D. José: Es verdad que estudiamos, pero los años todo lo debilita, menos la fe. Pero explícame ya cuál es el problema que ahora tanto te preocupa.


Paco: Pues resulta que mi nieto de siete años, ¡todavía no está bautizado! ¿Dónde ha visto Vd. eso? Siempre se bautizaban a los ocho días de nacer, como manda la Iglesia y la tradición. Eso en mi familia siempre se ha respetado; pero mi yerno me sale con la idea de la libertad del niño, respetar lo que el niño quiera cuando sea mayor. ¿Por qué le obliga a ir a la escuela y no respeta la libertad del chico? ¿Por qué le obliga a comer si no quiere sopa? ¿Para qué le hizo una cuenta en el Banco sin permiso del chico?


D. José: Te comprendo perfectamente y estoy de acuerdo contigo, pero ellos son los padres y los mayores responsables; y ¿qué regalo más grande pueden darle al niño que hacerle hijo de Dios? Después, cuando sea mayor, él elegirá libremente si continuar en la comunidad cristiana o no; pero, no basta el bautismo, ¡hay que darle una buena formación! Ese es el problema mayor de los cristianos, la falta de formación.


Paco: ¡Qué claro lo explica Vd.! Lástima que el yerno no lo escuche en la Misa y pierda el tiempo con el fútbol y el bar. Dice que sus ideas son modernas. ¡Pero son equivocadas!

Se las oye a sus amigos ateos.



D. José: Para nosotros, los creyentes en Cristo, ¡muy equivocadas! Llevan a la perdición a las personas.


Paco: ¿La perdición? Entonces, si el niño se muere sin bautismo ¿se condena al infierno? ¡Que se condene el padre, el niño no tiene ninguna culpa! En eso yo no estoy de acuerdo, pero explíquemelo más claro.


D. José: Ni yo tampoco, pero ir al cielo o al infierno, cuando es una persona mayor, lo decide Dios según las obras que hizo, pero, como tu nieto es un niño, que no tiene pecados personales, Dios lo recibe en el cielo con un abrazo de amor. Siempre confiamos en su Amor de Padre misericordioso.


Paco: Eso me parece bien, pero a mí me enseñaron que sin bautismo y fuera de la Iglesia no nos salvamos.


D. José: Eso hay que aclararlo, Paco, porque si una persona nunca oyó hablar de Jesucristo, no tiene culpa de no conocer al Señor; y, entonces, ¿cómo se va a bautizar? Además, hay varias clases de bautismo que dan la salvación a la persona que se bautiza.


Paco: Eso serán ideas modernas como las de mi yerno, y ni a mi mujer, tan beata, tan leída de libritos religiosos y tan presumida de su saber, nunca se lo he oído decir. ¡Seguro que no lo sabe! ¡Qué vergüenza le voy a dar diciéndoselo!


D. José: Te lo explicaré y tú se lo enseñas a ella. Hay tres clases de bautismo: el de agua, que nosotros recibimos, el bautismo de sangre y el deseo.


Paco: ¿Bautismo de sangre? ¿Le echan sangre en la cabeza? ¡Líbreme Dios de esas brujerías! Si mi madre decía que aceptar brujerías era pecado grave, y ahora lo enseña el Sr. Cura.


D. José: ¡No digas tonterías, Paco! Cuando una persona que no está bautizada acepta la fe y muere mártir por defender su fe, se llama bautismo de sangre, se le perdonan los pecados y se salva, como testigo de fe. Y si una persona desea bautizarse, para unirse al Señor e ingresar en la Iglesia, pero muere antes de recibir el bautismo, también se le perdonan los pecados y va al cielo, porque tenía el bautismo de deseo.


Paco: ¡Bendito sea Dios, cuantas cosas que no sabemos por falta de una buena formación! Gracias de corazón.


El sacristán.