UNCIÓN DE LOS ENFERMOS


AMIGO, PASE Y PREGUNTE


D. JOSÉ, EL CURA, Y PACO, EL HERRERO.


D. José: Buenos días, Paco. Pensaba ir a dar un pequeño paseo y, si puedes, me acompañas y hablamos por el camino. ¿Vale? Si no puedes hablamos aquí en el despacho.


Paco: ¡Cómo no! Con mucho gusto le acompaño, que yo también necesito tomar el aire puro, después de tantas horas en la herrería.


D. José: Pues vamos, salimos por el camino del monte, por donde pasa muy poca gente y así más tranquilos para hablar. ¿Te parece bien?


Paco: Hoy vine por una confusión con mi mujer y unas vecinas, porque se está muriendo un abuelo, y su hija decía de llamarle a Vd. para la Unción de los Enfermos. Yo les dije: Eso se llama “Extremaunción” Y me llamaron atrasado. ¿Vd. que me dice? ¿Por qué tanto cambio? Antes la Iglesia era tradicional.


D. José: Te explicaré. Es el mismo Sacramento; pero el concilio Vaticano II acordó cambiar de nombre, para que se comprenda mejor que no es un Sacramento sólo para moribundos. Ni tampoco es pasaporte para entrar en el cielo. Se quiere reavivar la fe, y aliviar el dolor.


Paco: Entonces es una especie de Aspirina que alivia el dolor del enfermo, ¡no lo entiendo!


D. José: El Apóstol Santiago en una carta dice: “Si hay un enfermo, llamen a los responsables de la comunidad cristiana, que recen por el enfermo y lo unjan con aceite, y la oración hecha con fe, si el Señor lo quiere, puede dar la salud al enfermo, y se le perdonarán los pecados.


Paco: ¡Cuántas cosas nuevas! Y ¿puede darse la Unción a cualquier persona, vieja y joven?


D. José: Depende, porque se puede dar la Unción antes de una operación, una operación importante y con peligro de muerte, y también a personas muy mayores con sus fuerzas débiles.


Paco: A mi me gusta más cuando todavía tengo vida, porque cerca de la muerte la gente se asusta porque piensa que va a morir. Es muy difícil aceptarlo. ¿Vd. no tiene miedo a morir?


D. José: Yo todos los días me preparo, pero me preparo para la Resurrección, no para morir.


Paco: ¿La Resurrección igual que Jesús? Me parece que Vd. tiene ilusiones grandes. Pero, sin pasar por el hoyo creo que nadie resucita.


D. José: No se trata de ilusiones, me apoyo en la promesa de Jesús que dijo: “El que crea en mí no morirá para siempre, porque yo lo resucitaré.” ¿Puede fallar la promesa de Jesús? ¡No! Tengo confianza.


Paco: Hombre, Sr. Cura, pero uno está unido a la tierra, a la familia, a tantas cosas. Y de repente se encuentra…¡Dios sabe dónde! Ha perdido todo lo que amaba, que tanto trabajo y sudores le costó reunir, y queda desnudo igual que nació.


D. José: El Sacramento de la Unción te da una gracia especial para que no pierdas el ánimo y no se debilite tu fe, uniéndote libremente a la Pasión y muerte del Señor. Y eso de perder todo lo que amas, yo amo sobre todo a mi Dios, tengo deseos de encontrarme con Él.


Paco: Vd. puede decir eso porque es un santo y nunca ha pecado, igual que los otros santos.


D. José: No, amigo Paco, todos somos pecadores, y los demás santos como san Pedro, san Pablo, san Agustín también pecaron, pero siempre se arrepintieron con la gracia de Dios.


El sacristán.