LOS DISCÍPULOS


AMIGO, PASE Y PREGUNTE



D. JOSÉ, EL CURA, Y PACO, EL HERRERO.

D. José: Hola, amigo Paco. Hacía días que no te veía el pelo. Seguro que tienes mucho
trabajo, como de costumbre.

Paco: Pues pronto no me verá el pelo, que me queda poco; es la marca de los años.

D. José: No estoy seguro de eso, porque hay jóvenes calvos y personas mayores con mucho pelo, como tu hermano Tomás o tu suegro, que va para los noventa años.

Paco: Tiene mucha razón, pero eso no me preocupa. Hay otras cosas dentro de mi cabeza y no me gusta almacenar ideas, prefiero vaciarlas en sus sagradas manos.

D. José: Pues vamos a ver qué sorpresa me traes hoy con tus eternos razonamientos, que terminan siempre en grandes preocupaciones que te roban la paz.

Paco: Me gustaría saber bien ¿quiénes son los discípulos de Jesús y cuántos fueron? Muchas personas piensan que sólo los doce apóstoles.

D. José: Eso es fácil de resolver mirando el Evangelio, que seguro tú no lo lees.

Paco: D. José, Vd. me conoce bien y sabe que a mí las letras me entran con dificultad, y por eso vengo a preguntarle con toda confianza, porque si no, ¿a quién le pregunto?

D. José: Aquí puedes venir siempre que quieras, que no me molestas; pero hay cosas que tu mujer te las puede explicar bien, porque sabe mucho de cosas de religión.

Paco: Acepto el que sabe más que yo, pero hablar con ella es terminar discutiendo y perdiendo la paz. Porque ella se da un aire de superioridad que molesta mucho, es muy
presumida y después lo va contando.

D. José: Pues veré de explicarte con claridad. Jesús tuvo muchos discípulos. El Evangelio dice de setenta y dos que envió a predicar, y hubo muchos más, pero algunos abandonaron al no aceptar lo que Jesús decía o no comprenderle bien.


Paco: Y los doce que iban siempre con Jesús, ¿no eran también discípulos suyos o eran un grupo aparte?

D. José: Claro que sí eran discípulos, pero Jesús formó con ellos un grupo que llamó apóstoles, y a los que enseñó durante tres años y dio la responsabilidad de la Iglesia. El primer Papa fue el apóstol Pedro.

Paco: ¿Cómo se hace un discípulo? ¿Sólo los que conocieron a Jesús y vivieron con Él? ¿Hay que estudiar?

D. José: Ser discípulo es una vocación, una elección de Dios, que llama a la persona que quiere y porque Él quiere. Nadie puede hacerse discípulo si Jesús no lo llama.

Paco: ¿Y por qué lo llama o elige? ¿Porqué es más listo, más bueno, más guapo? Así eligen algunos.

D. José: Nada de eso. Los apóstoles eran pescadores que trabajaban duro como tú y con carácter fuerte.

Paco: ¿Y no necesitan algo especial para ser discípulo?

D. José: Sí, aceptar a Jesús, romper con el pasado y empezar una nueva vida, de forma que den testimonio del espíritu y de las enseñanzas de Jesús, pasar haciendo el bien, para que digan: es otro Jesús.

Paco: Y ¿qué dice Jesús a sus discípulos para que la gente puedan reconocerlos?

D. José: Principalmente dos cosas: “Conocerán que son discípulos míos, porque se aman unos a otros”. Y “El que quiera ser discípulo mío que coja su cruz y me siga.”
Sin cruz no se puede seguir a Jesús. No hay Cristo sin cruz.

Paco: Habrá pocos discípulos, porque eso de amarse unos a otros no se practica mucho ahora. ¿No lo ve Vd. cada día? Están enfadados, van a Misa y siguen enfadados toda la vida. ¿Qué fruto les da la Misa si no aman ni perdonan?

D. José: Todos los bautizados son discípulos, los creyentes como tú, son discípulos de Jesús, buenos o malos, pero discípulos; y la cruz que hay que llevar es: la paciencia en la casa, el sufrimiento en el trabajo, el aguante en los dolores, el perdonar siempre, el dar sin recibir, y hacerlo todo por amor a Dios.

Paco: D. José: en todo esto veo la mano de Dios que me trajo a Vd., porque he tenido que llegar a esta edad para enterarme que yo ¡también soy discípulo de Jesús! Por la fe y el bautismo vale; ¿por dar testimonio? Como Pedro, muy necesitado de perdón.

El sacristán.