Domingo I de Adviento

Esta es la homilía del día 27 de noviembre de 2010.




homilía 27-11-2010
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Resumen de la homilía:

En el tiempo de Adviento empieza el nuevo Año de la Iglesia. Adviento nos recuerda que estamos esperando la venida gloriosa del Salvador. En este tiempo nuestra oración debe ser: ¡Ven Señor Jesús! Es el Príncipe de la Paz. San Pablo avisa: “ahora nuestra salvación está más cerca que cuando recibimos la fe.” Vivimos despreocupados y, sin esperarlo, vendrá Jesús por segunda vez. Vendrá de sorpresa, a perdonar y salvar, por amor. También podemos morir y al momento ser juzgados por nuestras obras buenas y malas. Adviento es un tiempo especial de preparación para recibir al Señor que viene. Mientras el Señor llega, trabajemos y colaboremos por el bien y la paz de todos. Jesús sigue viniendo cada día en la Eucaristía, la Misa, que recibimos con fe. Si estamos seducidos por Jesús, sí deseamos su venida, digamos con el corazón:
¡Ven, SEÑOR JESÚS!
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Estas son las lecturas del sábado 27 de noviembre de 2010.


PRIMERA LECTURA


Lectura del profeta Isaías. (2, 1-5)


Isaías, hijo de Amós, tuvo una visión de Judá y Jerusalén: En el futuro estará fuerte la casa del Señor en lo alto de los montes, por encima de las montañas. Vendrán gentes de todos los pueblos, diciendo: Vengan, subamos al monte del Señor, a la Casa del Dios de Jacob. El Señor nos enseñará sus caminos y caminaremos por sus sendas: porque de Israel brotará la ley, de Jerusalén la palabra del Señor. El Señor gobernará las naciones. Será Juez de todos los pueblos. Romperán las espadas para hacer arados; de las lanzas harán hoces. Ya no luchará un pueblo contra otro pueblo, no se entrenarán para la guerra. Pueblo mío, ven: caminemos a la luz del Señor.

Palabra de Dios.

R.-Te alabamos Señor-


SALMO RESPONSORIAL 121, 1-2, 3-4


R.-Vamos alegres a la casa del Señor.


Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor.”

Ya estamos caminando por tus calles, Jerusalén.


R.-Vamos alegres a la casa del Señor.


Jerusalén está hecha como ciudad fuerte.

Allá van todas las personas, los fieles del Señor.


R.-Vamos alegres a la casa del Señor.


Según la costumbre de Israel, a celebrar la fiesta del Señor.

En ella están los jueces, en el palacio de David.


R.-Vamos alegres a la casa del Señor.


Desear la paz a Jerusalén: vivan felices los que te aman,

Que tengan paz en sus calles, seguridad en tus palacios.


R.-Vamos alegres a la casa del Señor.


Por mis hermanos y compañeros, yo diré: “la paz contigo.”

Por la casa del Señor nuestro Dios, te deseo mucho bien.


R.-Vamos alegres a la casa del Señor.


SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos. (13, 11-14)


Hermanos: Piensen en el momento que viven: ya es hora de despertar del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está terminando, el día ya llega: abandonemos las obras del mal y obremos el bien.

Vivamos a la luz, con bondad. Nada de banquetes y borracheras, nada de lujuria ni libertinaje, nada de riñas ni peleas. Ser testigos del Señor Jesucristo.

Palabra de Dios.

R.-Te alabamos Señor.


EVANGELIO


Lectura del santo Evangelio según san Mateo. 24, 37-44


En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “El día y la hora del fin del mundo, nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo; sólo lo sabe mi Padre.

Porque igual que en los días de Noé, lo mismo será la venida del Hijo del hombre. En los días antes del diluvio, las gentes comían, bebían, se casaban, hasta el día que Noé entró en el Arca; y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los mató a todos. Así será la venida del Hijo del hombre.

Entonces estarán dos hombres en el campo trabajando; a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán. Dos mujeres estarán moliendo trigo; a una se la llevarán y a la otra la dejarán, Estar atentos, porque no se sabe cuando llegará el Señor.

Piensen bien que si el padre de familia sabe a la hora que viene el ladrón, vigilará para no dejarle entrar en la casa.

Por eso ustedes deben estar preparados, porque a la hora que menos piensan vendrá el Hijo del hombre.

Palabra del Señor.

R.-Gloria a ti, Señor Jesús.

LA GRACIA DE DIOS


AMIGO, PASE Y PREGUNTE



D. JOSÉ, EL CURA, Y PACO, EL HERRERO.


Paco: D. José, buenos días le dé Dios. Aquí vengo con un embrollo que espero me lo resuelva y deje clara mi cabeza.


D. José: Vamos a ver qué le pasa hoy al amigo Paco en su gran cabeza, siempre llena.


Paco: Mire, cuando yo iba a Misa con mi madre, el Cura hablaba mucho del infierno, del fuego, de los Mandamientos de la Ley de Dios, y todos quedábamos con miedo. Vino ese Concilio del Papa Juan y le dieron la vuelta a la tortilla. Ahora todo es Amor y Gracia. ¿Dónde están los Mandamientos y el infierno? ¿Lo apagaron los Obispos?


D. José: No lo apagaron y sigue donde estaba, pero tenemos una visión más clara y perfecta de Dios, porque como dice san Juan en su Evangelio: “Dios es Amor.”


Paco: ¿Y eso de la Gracia como lo explican, pues no lo entiendo muy bien. ¿Qué es?


D. José: La Gracia es un don que Dios nos da sin merecerlo. Don gratuito, que debemos cuidar evitando todo pecado que nos aparte de Dios.


Paco: Y ¿para que sirve esa Gracia? Una cosa nueva para nosotros los mayores.


D. José: La Gracia ayuda a las personas a vivir de acuerdo con el Evangelio, como hijos de Dios y herederos de su Reino del cielo.


Paco: ¿Y eso de la Gracia lo inventaron en el Concilio del Papa Juan XXIII?


D. José: Mira Paco, Dios entregó al pueblo judío las Tablas de la Ley, los diez Mandamientos, por medio de Moisés. La Gracia y la verdad vinieron por medio de Nuestro Señor Jesucristo.


Paco: Si para el pueblo judío la Ley era la expresión escrita de la voluntad de Dios, no comprendo para qué Jesús vino a destruirla.


D. José: Jesús no vino a destruir la Ley, vio a cumplirla y perfeccionarla. La Ley nos da el conocimiento del pecado, pero no nos da la fuerza para cumplirla. Para cumplir la Ley de Dios se necesita la Gracia de Cristo.


Paco: Y si era una Ley que hizo Dios y entregó a Moisés, ¿cómo no estaba perfecta?


D. José: Jesús explica y perfecciona la Ley. Así sucede cuando proclama la superioridad del hombre sobre el sábado, o la obligación de amar al enemigo.


Paco: ¿Antiguamente no era así? Por eso había tanta gente que iba a Misa y pasaban los años y no se perdonaban con el vecino. Esas personas no eran cristianos de verdad.


D. José: Antiguamente se decía: “Amarás a tu amigo y odiarás a tu enemigo” Jesús dijo: “Amarse unos a otros como yo os he amado”. Un amor supremo, amor de Dios.


Paco: Pues lo ha pintado todavía más difícil, Entonces, ¿quiénes tienen la Gracia? En el bar se decía que es cosa de los Obispos y los Curas; pero Pepón, el dueño del bar, dijo: “No sé, porque aquí venía D. Timoteo, un cura viejo, a tomarse un vinito, y le gustaba contar chistes, pero nadie se reía, porque ¡No tenía ninguna gracia!


D. José: Por favor, ¡no digan disparates! ¿Qué tiene que ver el carácter gracioso o soso de una persona con la Gracia de Dios, que es necesaria para la salvación?


Paco: ¡Claro, claro! Vd. perdone, pero se ve que somos burros e ignorantes.


D. José: Con Jesús empezó el tiempo nuevo de la Gracia. El Evangelio es anunciado gratuitamente y es salvación para los que creen, y eso es un don gratuito de Dios. Con la ayuda de la Gracia podemos y debemos cumplir los Mandamientos. Uno que ama al prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la Ley entera. Y esos, sean Curas o seglares son los que poseen la Gracia de Dios, la santidad.


El sacristán

Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario

Esta es la homilía del día 20 de noviembre de 2010.




homilía 20-11-2010
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Resumen de la homilía:

El gobernador Romano Pilato, preguntó a Jesús: ¿Tú eres rey? Jesús dijo: “Yo soy rey, pero mi Reino no es de este mundo,” Pusieron un letrero en la cruz que decía; “INRI”, Jesús Nazareno, Rey de los judíos. Cuando Jesús estaba en la cruz todos se burlaban y le pedían que bajase. Sólo uno de los crucificados le pidió: “Acuérdate de mi cuando vayas a tu Reino.” Jesús le dijo: “Te lo aseguro, hoy estarás conmigo en el paraíso.” Su Reino será eterno, como Dios, nunca se acabará ni será destruido. Empezará en la segunda venida de Jesús, que nadie sabe cuando vendrá. El Reino se va estableciendo dentro de los que aceptan su mensaje de salvación. Su Reinado comienza para nosotros cuando empezamos a hacer la voluntad de Dios. Será un Reino donde habrá justicia, paz y amor. Es un Reino espiritual que se acepta libremente y su misión es el servicio por amor.
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Estas son las lecturas del sábado 20 de noviembre de 2010.


PRIMERA LECTURA


Lectura del segundo libro de Samuel. (5, 1-3)


En aquellos días todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver al rey David y le dijeron: “Somos huesos y carne tuya; hace tiempo, cuando Saúl era nuestro rey, tú dirigías las entradas y salidas de Israel. Además el Señor te prometió: “Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel.” Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con los ancianos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


SALMO RESPONSORIAL 121, 1-2. 4-5


R.-Vamos alegres a la casa del Señor.


¡Qué alegría cuando me dijeron:

Vamos a la casa del Señor”!

Ya estamos caminando

por tus calles, Jerusalén.


R.-Vamos alegres a la casa del Señor.


Allá suben los pueblos,

los pueblos del Señor,

según la costumbre de Israel,

a celebrar la fiesta del Señor;

allí están los que obran la justicia,

en el palacio del rey David.


R.-Vamos alegres a la casa del Señor.



SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses. (1, 12-20)


Hermanos: Damos gracias a Dios Padre que nos preparó para poder gozar de la felicidad de los santos en el cielo. Él nos sacó del pecado y nos ha llevado al Reino de su Hijo amado. Él nos hace libres y nos perdona los pecados.

Viendo a Cristo vemos al Dios que no podemos ver, el primero de toda la creación. Por el Hijo se hicieron todas las cosas del cielo y de la tierra, las cosas que se ven y las cosas que no se ven, todo lo hizo Dios por Cristo y para Cristo. Él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia.

Él es el primero de los resucitados, para tener en todo el primer lugar, por voluntad de Dios. Por Cristo se unen a Dios todos los seres que están en la tierra y los que están en el cielo: Dios da la paz a todos por la muerte de Cristo en la cruz.

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


EVANGELIO


Lectura del santo Evangelio según san Lucas. 23, 35-43


Las personas que pasaban insultaban a Jesús y movían la cabeza diciendo: “Tú que destruías el Templo y lo construías en tres días, ahora sálvate a ti mismo. Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz.”

Los Jefes de los sacerdotes se burlaban y decían: “¡a otras personas ha salvado; que se salve a si mismo! ¿Es el rey de Israel? Pues que baje ahora de la cruz y creeremos en Él.”

Igualmente se burlaban de Jesús los ladrones que estaban crucificados a su lado. Uno de los ladrones crucificados se burlaba y decía: “¿Tú eres el Cristo? Pues sálvate a ti y sálvanos a nosotros.”

El otro ladrón respondió y le dijo: “¿Tú no tienes miedo a Dios estando en el mismo sufrimiento? Lo que hacen con nosotros es justo, porque recibimos el castigo por nuestras malas obras; pero Jesús no ha hecho nada malo.”

Y dijo: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino”

Jesús le dijo: “En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el cielo.”

Palabra del Señor.


R.-Gloria a ti, Señor Jesús.

LA VIRTUD DE LA ESPERANZA


AMIGO, PASE Y PREGUNTE


D. JOSÉ, EL CURA, Y PACO, EL HERRERO.


Paco: Buenos días D. José Aquí le traigo un manojo de preguntas, que Vd., como siempre, me aclarará.


D. José: Vamos a ver en que líos te has metido ahora, y espero pueda aclararlos y complacerte.


Paco: Resulta que mi nieto Pedrito, el mayor, se está preparando para recibir la Confirmación, si es que el Sr. Obispo viene, porque en mi caso tardó años en venir.


D. José: Si vendrá, hombre, pero son muchos pueblos en esta Diócesis, y muchos problemas encima. Y, ¿cuál es el problema que tiene tu nieto en la catequesis?


Paco: Pues la muchacha que les enseña le dice las cosas, todo de memoria, pero no les explica lo que significan, y, a lo mejor, es que ella tampoco lo sabe, y viene el nieto a preguntarme: abuelo, ¿qué es eso de Infuso, y qué es la Esperanza? Yo no lo sé. Por eso le dije: ahora estoy ocupado, después te lo diré, y vengo para que me lo explique.


D. José: ¡Qué pena da la falta de formación de los mayores! No tienen interés por saber. Infusas, son las Virtudes o dones que Dios nos da, sin nada por nuestra parte.


Paco: Ya, ya, es igual que gratis, sin yo hacer nada. Comprendo, y la Esperanza ¿también es un don de Dios? Pero si nosotros hemos estado esperando nerviosos que saliera el número del Gordo de Navidad, ¿qué tiene que ver Dios con eso?


D, José: No me hagas reír, amigo Paco. La Virtud de la Esperanza es un don de Dios, que hace que tengamos confianza total en que Él nos ayudará, que nunca nos abandona, pues nos ama con amor de Padre.


Paco: Entonces, yo puedo apagar la fragua y esperar que venga Dios a ayudarme o que me envíe el dinero del cielo.


D. José: Tú nunca oíste decir a tus padres: “A Dios rogando y con el mazo dando.” Pues eso, nosotros trabajando, cumpliendo nuestra misión, pero con la Esperanza de que, a pesar de las dificultades, Dios sigue amándonos y ayudando. Ya nos prometió Jesús: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin de los tiempos.”




Paco: Eso lo he oído muchas veces, pero, cuando llega la crisis, el paro…nos falta el aire para respirar, y se necesita más fe que un Cura, porque tenemos más problemas.


D. José: Paco: la Esperanza se apoya en que Dios es Amor y que nos busca siempre para salvarnos de nuestras necesidades; pero, ¡es necesaria nuestra Fe, para aceptarlo!


Paco: Pero ¿Vd. no ve cómo está el mundo o como lo han arruinado los políticos, y los egoístas que sólo piensan en ellos? ¿Cómo Dios no los destruye como a Sodoma?


D. José: La fe en Dios y su Amor, hace que los creyentes sigan a la espera de un mundo según la voluntad de Dios. Y Jesús no vino para destruir a nadie, vino a salvarnos a todos, y la salvación puede llegar hasta en la hora undécima.


Paco: Es emocionante oír lo que dijo Jesús, sus promesas, pero más emocionante ver que en todas las mesas hay pan y todos los niños están contentos.


D. José: Es verdad, pero eso se logra con el trabajo, la colaboración y la generosidad de todos. La Esperanza a veces es expresada como promesa: “Dios dijo a Abraham: “Yo te bendeciré y por ti serán bendecidas todas las familias de la tierra.” O la promesa de Jesús: “”El que cree en mí no morirá para siempre, yo le resucitaré.”


Paco: Me ha explicado muy bien, pero, pobre de mí, yo no soy capaz de explicárselo al nieto. Desde ahora pediré al Señor me dé la virtud de la Esperanza, para confiar totalmente en su Amor y su Misericordia.


D. José: No te preocupes, yo pasaré por la catequesis y hablaré al grupo de tu nieto. Y les explicaré que la Esperanza nos da fuerza para no poner nuestra confianza en una sociedad que vive con el deseo de poseer y competir. Y nosotros los cristianos, a cumplir el mandato de Jesús: “Vosotros seréis mis Testigos hasta los confines de la tierra.”


El sacristán

Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario

Esta es la homilía del día 13 de noviembre de 2010.




homilía 13-11-2010
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Resumen de la homilía:

Templo de Jerusalén. Morada de Dios. Riquezas del Templo. Todo desaparecerá, será destruido. Los romanos en el año 50. Estén vigilantes, porque no saben el día ni la hora. Tengan cuidado que nadie les engañe. Vendrán en mi nombre sectas… Habrá terremotos, guerras, persecuciones, hambre. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas. Sean santos como vuestro Padre celestial es santo. La santidad en el cumplimiento del deber diario. Ganareis el pan con vuestro sudor. El que no quiere trabajar que no coma. Ora y labora. Las manos en la obra y el corazón en Dios.
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Estas son las lecturas del sábado 13 de noviembre de 2010.


PRIMERA LECTURA


Lectura del profeta Malaquías. (3, 19-20)


Mirad que viene el día, caliente como el fuego: todos los malos serán como paja, y los quemaré el día que vendrá—dice el Señor de los ejércitos--, y no quedará nada de ellos. Pero a las personas que respetan mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas.

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


SALMO RESPONSORIAL 97, 5-6. 7-8


R.-El Señor viene para dirigir con justicia a los pueblos.


Cantar al Señor, tocar música: con guitarras y trompetas,

alabar al Rey y Señor.


R.-El Señor viene para dirigir con justicia a los pueblos.


Aplaudir todos al Señor, cantar y alabarle,

al Señor que ya viene para dirigir a todas las personas.


R.-El Señor viene para dirigir con justicia a los pueblos.

El Señor gobernará el mundo con justicia,

y a todos los pueblos con bondad.


R.-El Señor viene para dirigir con justicia a los pueblos.


SEGUNDA LECTURA


Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses. (3, 7-12)

Hermanos, ya saben que tienen que hacer igual que yo hice: yo trabajé y me cansé día y noche cuando viví con ustedes para no molestar a nadie. Tenía derecho a vuestra ayuda, pero quise dar ejemplo para que ustedes hagan igual que yo hice. Ya avisé a todos que la persona que no quiere trabajar no tiene derecho a comer. Ya he oído decir que algunos viven sin trabajar, y no hacen nada. A esas personas yo les aconsejo por el Señor Jesús, que trabajen con tranquilidad para ganar su comida.

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.

EVANGELIO


Lectura del santo Evangelio según san Lucas. 21, 5-19


En aquel tiempo, algunas personas alababan la belleza del Templo, por la calidad de la piedra y los valiosos adornos que habían regalado. Jesús dijo: “todo esto que ustedes ven, un día desaparecerá destruido.” Ellos le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo sucederá eso? ¿Cómo podemos saber que va a suceder” Jesús les dijo: “Tengan cuidado para que nadie les engañe. Porque muchos vendrán en mi lugar, diciendo: “Yo soy el Salvador y esta es la hora de Dios. No les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se asusten, porque primero sucederán esas cosas, pero el fin no vendrá ya.”

Después les dijo: “Se levantará una nación contra otra nación, habrá grandes terremotos, y en muchos países epidemias y hambre. Se verán cosas asombrosas y grandes señales en el cielo.

Pero antes de eso, a ustedes los llevarán presos, los perseguirán, los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y les obligarán a presentarse ante reyes y gobernadores a causa de mi nombre. Así ustedes podrán dar testimonio de mí. No se preocupen de preparar su defensa, porque yo les daré palabras y sabiduría que ninguno de vuestros enemigos podrá rechazar.

Vuestros padres, hermanos, familiares y amigos los denunciarán, y matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán a causa de vuestra fe en mí. Pero ni un cabello de vuestra cabeza caerá. Si siguen fuertes en la fe, se salvarán.

Palabra del Señor.


R.- Gloria a ti, Señor Jesús.

LO MÁS IMPORTANTE


AMIGO, PASE Y PREGUNTE


D. JOSÉ, EL CURA, Y PACO, EL HERRERO.


Paco: Buenos días, D. José,


D. José: Hola, Paco, buenos días nos dé Dios. Me sorprende tu visita tan temprano.


Paco: Hombre, D. José, a los amigos hay que visitarlos, ¡faltaría más!


D. José: Claro, claro, pero tú sólo vienes a verme cuando hay algún problema y necesitas que te saque el gato del agua, pero no como prueba de amistad.


Paco: Las dos cosas, Sr. Cura, que yo le aprecio mucho, y si lo duda, pregunte a mi mujer.


D. José: No hace falta preguntar a nadie, pero la amistad es una forma de amor, y un sacerdote francés, famoso, decía a sus amigos: “No dejéis crecer la hierba en el camino de la amistad.”


Paco: Se conoce que era francés, porque yo no le entiendo nada de lo que quiere decir eso.


D. José: Pues es muy fácil: si tú pasas por un camino muchas veces, y pisando con frecuencia, entonces no puede crecer la hierba. ¿Me comprendes? Y los amigos deben visitarse con frecuencia, para demostrar que la amistad es verdadera, que hay amor de amistad.


Paco: Vd. sabe más que yo, pero tenía entendido que sólo se amaba a los padres, a la mujer y a los hijos, porque eso de que dos hombres se amen, por muy amigos que sean…da que pensar mal.


D, José: ¿A Dios no se le ama? ¿Cómo demostramos nuestro amor a Dios?


Paco: Pues lo mismo que yo le digo: amando a los padres, a la mujer y a los hijos. Con eso ¿no es suficiente? ¿Dios pide más todavía?


D. José: Lo siento, amigo Paco, pero veo que con los años estás perdiendo la memoria.


Paco: ¿Por qué lo dice? ¿Se puede explicar mejor?


D. José: ¿Cuál es el primer Mandamiento de la Ley de Dios? ¿Te acuerdas? Amar a Dios más que a todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.


Paco: Eso sí es verdad que lo enseñaban en la escuela, pero, en la hora de la verdad, ¿quién es ese prójimo que Vd. dice?


D. José: El que tienes más cerca, a tu lado: tu vecino, tu compañero de trabajo, tu amigo Tomás, el que siempre va al bar contigo a tomarse una caña y a discutir de fútbol.


Paco: ¿Amar yo a Tomás? ¡Pero si es más bruto y tozudo que mi mula! ¿Qué hago, le doy un beso? Por favor, déjelo Vd. en lo de amar a Dios y a la familia y ya está bien, porque a los demás…no sé.


D. José: A ver si me entiendes, Paco. Eso sería un amor egoísta, interesado; y el amor, para que sea verdadero debe ser generoso, sin interés, dando a fondo perdido, como se dio Jesús a los demás.


Paco: Vd. pare, Sr. Cura ¡que Jesús sólo hay uno!


D. José: De acuerdo, pero Jesús mismo nos enseñó con el ejemplo de su vida que el amor a Dios se prueba ¡amando a los demás! No con besos y caricias, sino con el servicio y la ayuda ¡desinteresada! Y si es un amigo con el que te entiendes bien, estoy a gusto con él, nos ayudamos y compartimos nuestras cosas. Eso se llama amor de amistad.


Paco: Despacio, despacio, que yo no tengo tanta letra como Vd., pero ya voy comprendiendo.


D. José: ¡Más vale tarde que nunca! Mira, Jesús eligió a sus discípulos, les enseñó durante tres años, y les dijo: “A vosotros os llamo amigos.” ¿Cómo les demostró su amistad? ¡Muriendo por ellos y por nosotros! Viendo lo que hizo Jesús comprendemos que lo más importante es el amor.


El sacristán.

Domingo XXXII del Tiempo Ordinario

Esta es la homilía del día 6 de noviembre de 2010.




homilía 6-11-2010
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Resumen de la homilía:

En el Credo decimos: “Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.” La voluntad de Dios es que todos nos salvemos y vayamos a la vida del Cielo. Todos resucitaremos, pero unos resucitarán para la Vida y otros para la condenación. San Pablo dice: “Si no creemos en la resurrección nuestra fe no vale para nada. Nosotros debemos vivir de acuerdo con las enseñanzas de Jesús. Ser testigos de Jesús. Así demostramos a los demás que esperamos vivir eternamente felices con Dios. Los hermanos Macabeos dan buen ejemplo de su esperanza de ir al Cielo. No importan los sufrimientos de ahora si después gozaremos con Dios para siempre. El amor de Dios nos ayudará para vencer las dificultades y conseguir la salvación. En el Cielo estaremos juntos todos los salvados, pero lo importante es la vida con Dios. Seremos como los Ángeles, que son bellos, espirituales, inmortales. Al resucitar se unirá nuestra alma inmortal con nuestro cuerpo ya glorificado.
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Estas son las lecturas del sábado 6 de noviembre de 2010.


PRIMERA LECTURA


Lectura del segundo libro de los Macabeos. (7, 1-2. 9-14)


En aquellos días cogieron presos a siete hermanos con su madre. El rey mandó azotarlos para obligarles a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley.

Uno de los hermanos habló en nombre de todos: “¿Qué quieren sacar de nosotros? Estamos preparados a morir para no desobedecer la ley de nuestros padres.”

El segundo hermano, antes de morir, dijo: “Tú, malvado, nos quitas la vida; pero cuando estemos muertos por tu ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna.”

Después se divertían con el tercero. Le dijeron que sacara la lengua, lo hizo, y extendió las manos con gran valentía. Y habló diciendo: “Dios me las dio, y por vuestras leyes las desprecio; espero que Dios me las dé otra vez.”

El rey y sus ministros estaban asombrados del gran valor del joven despreciando los sufrimientos. Cuando murió el joven, torturaron igual al cuarto hermano. Y, cuando estaba cerca de morir, dijo: “Es mejor morir en manos de los hombres, cuando sabemos que Dios nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida del cielo.”

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


SALMO RESPONSORIAL 16, 1. 5-6. 8 y 15


R.-Señor, al despertar gozaré de tu presencia.


Señor, escucha mi petición,

atiende a mis gritos, escucha mi súplica.

que en mis palabras no hay mentiras.


R.-Señor, al despertar gozaré de tu presencia.


Mis pies estuvieron fuertes en tus caminos

y mis pasos no vacilaron.

Dios mío, yo te llamo porque tú me respondes,

Señor, escucha mis palabras.


R.-Señor, al despertar gozaré de tu presencia.


Señor, cuídame como lo que más amas,

debajo de tus alas escóndeme .

Yo vengo a pedirte, y al despertar gozaré de tu presencia.


R.-Señor, al despertar gozaré de tu presencia.



SEGUNDA LECTURA


Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses. (2, 16—3, 5)


Hermanos: Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado y nos ha dado un consuelo permanente y una esperanza feliz, nos de fuerzas para progresar en todas las cosas buenas que se pueden hacer.

Hermanos, recen por nosotros, para que la palabra de Dios que empezó entre ustedes se propague y nos libre de los hombres malos, porque todos no tienen fe. El Señor que es fiel, les dará fuerzas y los salvará del demonio. Estamos seguros que ustedes continuarán cumpliendo todas las cosas que les enseñamos. Que el Señor dirija sus corazones, para que puedan amar a Dios y ser fieles a Cristo.

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


EVANGELIO


Lectura del santo Evangelio según san Lucas. 20, 27. 34-38


En aquel tiempo, Jesús dijo a los saduceos que no creían en la resurrección: “En esta vida los hombres y las mujeres se casan; pero los que se salven y resuciten de entre los muertos ya no se casarán. Por que ya no morirán otra vez, y serán igual que los ángeles, y son hijos de Dios porque Él los resucitó.

Que los muertos resucitan ya lo dijo Moisés al explicar el suceso de la zarza ardiendo, cuando llamó al Señor Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob, porque Dios no es Dios de muertos, es Dios de vivos, porque para Él todos están vivos.

Palabra del Señor.


R.-Gloria a ti, Señor Jesús.

ORAR SIEMPRE


AMIGO, PASE Y PREGUNTE


D. JOSÉ, EL CURA, Y PACO, EL HERRERO


Paco: Buenos días, D. José: ¿Cómo está Vd.?


D. José: Hola, Paco. ¡Buenos días nos dé Dios!


Paco: Eso hace falta, porque a veces, parece que Dios se esconde.


D. José: No hombre, no. Dios siempre está presente en nuestras vidas y se manifiesta en el momento necesario.


Paco: Ya quisiera saber yo cuándo Dios está disponible, porque hay días que parece que uno se ahoga, con tantos problemas.


D. José: Si tú lo llamas, seguro que viene en tu ayuda. ¿Tú no lo has leído en el Evangelio?


Paco: Qué preguntas hace, Sr. cura. ¿Vd. cree que a un pobre herrero como yo me sobran horas para ponerme a leer?


D. José: Diez o quince minutos cada día siempre los encontramos para tomar contacto con Dios en el Evangelio, que es la Palabra de Dios.


Paco: Y ¿se puede saber a qué viene ahora el Evangelio?


D. José: Porque en el Evangelio vemos que Dios siempre acude en ayuda de los que ama. El apóstol Pedro se hundía en el mar y gritó: “Señor, ayúdame, que me hundo”, y Jesús lo cogió de la mano y lo salvó.


Paco: Eso sería cuando Jesús iba por los pueblos haciendo el bien y curando a los enfermos; pero ahora, ¿quién lo hace? ¡A lo mejor algún Cura!


D. José: Mucha gente buena, amigo Paco, mucha gente.


Paco: ¿Sí? ¡Cómo se nota que Vd. no mira la televisión! Enciéndala cuando dan las noticias y verá como se matan en todas partes, ¡hasta en el fútbol!


D. José: Por eso necesitamos rezar, hacer oración con frecuencia, como nos dijo Jesús.


Paco: Eso está bien para los Curas y las beatas; pero yo, ¿voy a dejar el trabajo para rezar el rosario con mi mujer y las vecinas? No hay tiempo, Sr. Cura, no hay tiempo.


D. José: Pues reza al mismo tiempo que trabajas.


Paco: ¿Las dos cosas al mismo tiempo? Seguro que alguna saldría mal. ¡La herrería no es una iglesia! No comprendo como Vd., un hombre de estudios, se le ocurre eso.


D. José: No tienes tiempo y no puedes rezar mientras trabajas; pero para decir tacos, maldecir y blasfemar, que se te oye desde la plaza, y muchas personas se avergüenzan de oírte, ¿si puedes tener tiempo?


Paco: No mezcle las cosas, D. José; eso son desahogos necesarios, porque si no lo hago, reviento.


D. José: Pues desahógate con oraciones y exclamaciones breves en vez de decir tacos y blasfemias. Hay jaculatorias muy bellas, que son oraciones cortas.


Paco: Bueno estoy yo para eso. ¡Si apenas me acuerdo del Padrenuestro que me enseñó mi madre!


D. José: Es muy fácil, puedes decir como el apóstol Pedro: “Señor, ayúdame”. O como el apóstol Tomás: “Dios mío y Señor mío” O Alabado sea Dios, Ven Señor Jesús. Y te aseguro que tu corazón se llenará de paz, que es el mejor don de Dios.


El sacristán