Domingo II de Adviento

Esta es la homilía del día 4 de diciembre de 2010.






Resumen de la homilía:

El Aviento es preparación para Navidad, el nacimiento del Príncipe de la Paz- Jesús nos invita a vivir el reinado de Amor, de paz y de justicia. Es posible si aceptamos la Palabra de Jesús y vivimos de acuerdo con sus enseñanzas. Juan Bautista, el más grande de los profetas, prepara la venida del Señor. Los judíos esperaban al Mesías, y oraban: “Que se abra el cielo y venga el Salvador.” Venía mucha gente, reconocían sus pecados y Juan los bautizaba. Todos somos pecadores y necesitamos convertirnos de corazón para ser perdonados. No basta ser cristianos, hay que obrar el bien en el servicio a los hermanos. Vivir la fe en casa, en el trabajo, en la sociedad, ¡qué se vea que somos cristianos! Hacernos santos en el cumplimiento de nuestro deber de cada día Juan decía: “Entre vosotros hay uno que no conocéis, es más importante que yo.” El les bautizará con Espíritu Santo y fuego: recibir el amor de Dios. Prepararnos bien para su venida, porque Jesús es el único Salvador. Decir siempre: “¡Ven Señor Jesús! Decirlo con la boca y con el corazón.
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Estas son las lecturas del sábado 4 de diciembre de 2010.

PRIMERA LECTURA


Lectura del profeta Isaías. (11, 1-10)


Aquel día brotará una rama del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un retoño. En él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. No juzgará por apariencias ni dirá sentencia por lo que se dice; juzgará a los débiles con justicia, y defenderá el derecho de los pobres del país. Su palabra derribará al opresor, el soplo de sus labios matará al malvado. Tendrá como cinturón la justicia, y la lealtad será cinturón de sus caderas.

El lobo vivirá con el cordero, el tigre se acostará junto al cabrito, el ternero comerá junto al león y un niño pequeño los cuidará.

La vaca pastará con el oso y sus hijos reposarán juntos, pues el león también comerá paja con el buey. El niño jugará con el nido de la víbora, y meterá la mano en la cueva de la culebra. No harán el mal, ni daño a su prójimo en todo mi monte santo: porque como llenan las aguas el mar, se llenará la tierra del conocimiento del Señor.

Palabra del Señor.

R.-Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL 71, 1-2, 7-8. 12-13. 17


R.-Que en sus días obren con justicia, y tengan paz eternamente.


Dios mío, da tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes,

para que gobierne al pueblo con justicia y a los pobres con respeto.


R.-Que en sus días obren con justicia, y tengan paz eternamente.


Que en sus días obren con justicia y vivan siempre en paz;

que gobierne de un mar a otro mar, del gran Río hasta el fin de la tierra.

R.-Que en sus días obren con justicia, y tengan paz eternamente.


El Señor librará al pobre que gritaba, y al triste que no tiene quien le ayude;

se compadecerá del pobre y del débil, y salvará la vida de los pobres.


R.-Que en sus días obren con justicia, y tengan paz eternamente.


Que el nombre del Señor y su fama se recuerde siempre:

que bendiga a todos los pueblos y todas las personas lo alaben.

R.-Que en sus días obren con justicia, y tengan paz eternamente.



SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos. (15, 4-9)


Hermanos: Toda la Biblia se escribió para enseñarnos y ayudarnos en la paciencia, el consuelo y la esperanza. Que Dios les dé el tener unos para los otros, los mismos sentimientos de Jesús, para que todos unidos puedan dar gloria a Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo. Deben acogerse unos a otros igual que Jesús acogió a todos para gloria de Dios. Jesús sirvió a los judíos para cumplir las promesas que Dios hizo en el pasado a nuestros padres, y enseñar que Dios es fiel. Y acoger a los gentiles para que alaben a Dios porque él los ama. Como dice la Biblia: “Por eso te alabaré y cantaré con todos los pueblos.”

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos, Señor


EVANGELIO


Lectura del santo Evangelio según san Mateo. 3, 1-12


En aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: “Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.” Este es el anuncio del profeta Isaías, diciendo: “Una voz grita en el desierto: “Preparar el camino del Señor, allanar sus senderos.” Juan tenía un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y comía saltamontes y miel silvestre. Iba mucha gente de Jerusalén y de todo el valle del Jordán; confesaban sus pecados; y Juan los bautizaba en el río Jordán.

Al ver a muchos fariseos y saduceos que venían a bautizarse, les dijo: “Grupo de víboras, ¿quién les ha enseñado a escapar del castigo de Dios? Conviértanse y hagan buenas obras. No vayan diciendo: “Tenemos por padre a Abrahán”. Yo les digo que Dios puede sacar de esas piedras hijos de Abrahán. Ya está preparada el hacha, y el árbol que no da buenos frutos será cortado y tirado al fuego. Yo les bautizo con agua, para que se conviertan, pero después viene una persona más poderosa que yo, y yo no tengo categoría para ponerle las sandalias. Él les bautizará con Espíritu Santo y fuego.

Él reunirá el trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga nunca.”

Palabra del Señor.


R.-Gloria a ti, Señor Jesús.