TIEMPO DE ADVIENTO

AMIGO, PASE Y PREGUNTE





-D. JOSÉ, EL CURA, Y PACO, EL HERRERO.

Paco: D. José, buenos días, y necesito más luz del cielo para entender tantas cosas nuevas en la Iglesia. Vd. me dirá en qué quedamos.

D. José: Empecemos por ver donde está la confusión o el problema, si es que lo hay. A ver que pasa.

Paco: Hablando en casa, sale una vecina diciendo que cuatro domingos antes del 25 de Diciembre empezaba el Año Nuevo para los cristianos, cosa que nunca había oído.

D. José: No es así, Paco. En ese domingo que coincide con el primero de Noviembre, empieza el Año de la Iglesia, que terminará el próximo año en el domingo de Cristo Rey.

Paco: ¡Otro cambio nuevo! Pero si de toda la vida el año acababa el día 31 de Diciembre, y el día uno de Enero era el Año Nuevo, y todos conformes.

D. José: Y sigue siendo igual; pero nosotros estamos tratando del año de la Iglesia, y tú hablas del año civil, que es diferente. No confundas.

Paco: Y ¿por qué los han separado? ¿Para hacer más fiestas? ¡Ya hay bastantes borrachos y jaleos en esos dos días!

D. José: Mira Paco, en ese domingo que llamaos de Adviento, que significa tiempo de espera. Empieza el año de la Iglesia, que está formado por seis tiempos: Adviento, Navidad, Epifanía, Cuaresma. Pascua de Resurrección y Pentecostés, que te iré explicando con calma.

Paco: Si Vd. lo dice, yo sólo puedo decir: Amén; pero aclare un poco más la cuestión.
¿Qué quiere decir eso de Adviento? Yo veía que las mujeres lo nombraban mucho.

D. José: Pues, para que te quede claro, Adviento es “tiempo de espera.” La comunidad está expectante e ilusionada esperando la llegada del Mesías, el Salvador anunciado por los profetas y tan deseado por los judíos.

Paco: O sea, ¿que esperaban la venida de Jesús? Pero, si ya ha llegado ¡para que seguir esperando! No le veo sentido.

D. José: Nosotros esperamos y nos ilusionamos pensando y preparando el Aniversario del nacimiento de Jesús, o por decirlo de otra forma, su cumpleaños. Es un tiempo de espera que celebramos cada año, y que los judíos esperaron durante muchos siglos.

Paco: Pero, en verdad, el Adviento se acabó, lo que me alegra mucho, porque ¡se ve que Vd. no conoce la cantidad de gastos que hacen las familias!

D. José: Al ver al Niño que ha venido a salvarnos nos alegramos, y agradecemos su venida; pero todos esos gastos son innecesarios, y no tiene que ver nada la Iglesia, porque se podía gastar el dinero en regalos a Jesús.

Paco: ¿Para qué quiere Jesús el pavo, los turrones y el jamón si ahora no come?

D. José: El Niño Jesús no come, pero los pobres sí, y son muchos millones los que no tienen que comer, y dándole el jamón o el pavo a un pobre, es igual que si lo regalas a Jesús, porque en el Evangelio lo dice: “lo que le den a uno de esos mis hermanos pequeños, me lo dan a mí”.

Paco: ¡Eso sí es una verdad como un templo! Pero esta sociedad nuestra es muy superficial y aficionada al consumismo, y hay que usar más la cabeza y el corazón.

D. José: Además, tenemos a la vista otro Adviento, que debe obligarnos a pensar y compartir más, pues es la venida definitiva, la segunda venida de Jesús, al final de los tiempos.

Paco; ¿quién se acuerda de eso? La gran mayoría dicen: ¡vive tu vida y ya se verá!

D. José: Es de fe que Jesús vendrá glorioso para juzgarnos y reunir a los que le han sido fieles. Y, como todos morimos, en ese momento, igual que le pasaría a tu madre, que tienes por santa, nos encontramos con Jesús.

El sacristán.