LOS MÁRTIRES

                           AMIGO, PASE Y PREGUNTE    
 

 
D, JOSÉ, EL CURA, Y PACO, EL HERRERO.
 
D. José: Hola, amigo Paco. Buenos días nos de Dios. ¡Qué sorpresa! ¿tan pronto por aquí?
 
Paco: Tenía que ir a ver a unos conocidos, aquí cerca, y aproveché para preguntarle de un tema que anoche discutí con mi mujer, que siempre quiere tener razón.
 
D. José: Vamos a ver qué tal se me da en esa cuestión que traes entre manos. ¿De qué se trata, Paco?
 
Paco: Quiero que me diga claro ¿quiénes son los Mártires? Mi mujer dice que son “Testigos”, y yo siempre he oído decir que son aquellos que murieron por una causa.
 
D. José: Vayamos por partes, Es verdad lo que dice tu mujer, porque la palabra “Mártir” significa literalmente “Testigo”. En un principio, el significado de la palabra no lleva unido el hecho de verter sangre por dar testimonio de la fe en el Señor Jesús.
 
Paco: Entonces, ¿por qué le dieron vuelta a la cosa, ya que sólo sirve para confundir a la gente de buena fe?
 
D. José: San Agustín de Hipona, unos cien años después de la última persecución, decía a sus fieles que lo que en latín decimos Testigo, en griego se dice Mártir. Eso ayudó a que los testigos de Jesús se dieran cuenta de que el Mandato que el Señor les había dado, no bastaba con el testimonio de las solas palabras; había que añadir el testimonio de la propia sangre.
 
Paco: Vaya por Dios, pues me parece que por culpa de ese Agustín, los cristianos lo tuvieron más crudo el hecho de ser fieles a Cristo. ¿Y quiénes murieron al principio?
 
D. José: El Libro de los Hechos de los apóstoles, que te aconsejo lo leas, para que sepas cómo fueron los comienzos de nuestra Iglesia, nos presenta al primer mártir cristiano, San Esteban; y ahí se ve por primera vez la sangre junto al testimonio.
 
Paco: ¿Y por qué lo mataron, y cómo murió ese joven Esteban, si es que se sabe?
 
 
D. José: Esteban fue uno de los primeros siete Diáconos que eligieron los apóstoles, con una misión de servicio, pues la palabra Diácono significa “servidor”, y lo mataron por ser cristiano, tirándole piedras, y en el grupo de los que lo mataban estaba el joven Sáulo, que más tarde sería el apóstol Pablo de Tarso. Pero Esteban murió pidiendo al Señor perdonase a los que lo mataban.
 
Paco: ¿Cómo es posible que un asesino sea después apóstol de Cristo? ¿Qué pasó para que pudiese suceder ese cambio?
 
D. José: Pues lo que sucedió es simplemente que Dios elige al que quiere, cuando quiere y como quiere. El Espíritu Santo hizo su obra y Saulo se convirtió a nuestra fe, después de haber sido uno de los más fieros perseguidores de los cristianos.
 
Paco: ¡Increíbles los planes del Señor! No veo que haya razón para comprenderlos ¿Y hubo más cristianos que sólo por obrar con amor fueron apedreados?
 
D. José: Apedreados no sé, pero murieron cientos y cientos de cristianos, unos decapitados, como el apóstol Santiago, que fue el primero de los Apóstoles que murió, otros echados a los leones, otros clavados en cruces. ¡Horrible!
 
Paco: ¿Pero quién ordenaba esas matanzas y por qué lo hacían, si los cristianos no hacían daño a nadie sino el bien?
 
D. José: Lo mandaban los emperadores. Uno de los más crueles fue Nerón, y en su persecución murieron los apóstoles Pedro y Pablo; el primero clavado en una cruz, y el segundo decapitado. Desde entonces la palabra “Martirio”  tiene el significado de “Dar Testimonio”
 
Paco: Eso que me cuenta da mucho que pensar, y nosotros tan tranquilos, que nos basta con ir el domingo a Misa. Nos olvidamos de que el hombre más justo, más santo más inocente, fue el primero que dio “Testimonio” y murió “Mártir”: el Señor Jesús.
 
                                                                                                 El sacristán.