LA EUTANASIA


AMIGO, PASE Y PREGUNTE


D. JOSÉ, EL CURA, Y PACO, EL HERRERO.

Paco: Buenos días D. José.

D. José: Buenos días te de Dios, amigo Paco. ¿Qué pasa que vienes a visitarme tan pronto?

Paco: Mire, Sr. Cura, ayer en el bar un grupo de vecinos estaban discutiendo de una cosa nueva que hacen algunos médicos y se llama utanasia o algo así. Yo, como sé poco de esas cosas, no entendí nada. ¿Vd. puede explicarme qué es eso?

D. José: Vaya Paco, para empezar, no se dice utanasia, es eutanasia; y después, quiero que quede muy claro, que eso es matar, quitar la vida a una persona.

Paco: ¿Matar?, pero si decían que el Gobierno de un país de Europa lo permitió, ¿cómo se entienden esas leyes nuevas de esos Gobiernos?

D. José: Pues a ver si tú me entiendes a mí. Un Gobierno puede hacer hoy una ley nueva, y cuando venga otro Gobierno cambiarla otra vez; pero la Ley de Dios es eterna, para siempre, y dice: “No matarás”, y esa Ley divina ¡nunca se podrá cambiar!

Paco: Pero, Sr. Cura, es muy diferente darle a Vd. un tiro y matarlo, que ayudar a morir a un viejo enfermo que está grave y sufriendo mucho.

D. José: Como tú lo dices, claro que es diferente; pero a ese anciano no podemos quitarle la vida. Si podemos, aliviarle los dolores y ayudarle a descansar en paz, a pensar, como buenos cristianos, que el sentido principal d la vida es el encuentro con Dios después de la muerte.

Paco: Eso que Vd. dice está bien, pero si se va a morir de un momento a otro, ¿para qué dejarle seguir sufriendo tanto? ¿No le da lástima a Vd., Sr. Cura?

D. José: Tú, amigo Paco, también te vas a morir de un momento a otro, porque todos moriremos. Tú llevas muchos años sufriendo del estómago y de la espalda, según me has dicho, pero no quieres que yo te de un veneno para que no sufras más. Vas al médico a pedirle unos calmantes para tus dolores, y eso es lo que se puede hacer con los enfermos; pero quitarle la vida ¡nunca!

Paco: Entonces, ¿qué hacemos? Da pena verle sufrir tanto para nada. Ustedes los Curas, ¿qué dicen de todo eso?

D. José: No es lo que decimos los Curas ni los Obispos, no; es lo que dice y siempre ha dicho la Iglesia: “Se debe permitir al enfermo morir en paz cuando le llegue el momento; dejar que la propia naturaleza del enfermo obre por si misma. No mantener la vida del enfermo artificialmente durante un tiempo largo, si se está seguro que va a morir.”

Paco: Pero, Sr. Cura, sólo Dios puede estar totalmente seguro de que el enfermo morirá.

D. José: Tienes razón en eso, amigo Paco, pero los médicos son los que tienen la responsabilidad de opinar sobre la situación del enfermo. Además, como dice la Biblia: “Todo tiene su tiempo y tiene su hora…Tiempo de nacer y tiempo de morir”

Paco: Como siempre, Vd. gana porque sabe más que yo, pero la verdad es que no me queda muy claro.

D. José: Paco, no se trata de ganar o perder, hay que mirarlo a través de la fe, y lo que se haga para quitar la vida de una persona o acelerar su muerte es contrario a la dignidad de la persona.

El sacristán.