El perdón de los pecados

El Credo Poco a Poco

Ya en el Antiguo Testamento invitó Dios a los hombres a la conversión de los pecados y les ofreció su misericordia.

La razón por la que Dios nos perdona los pecados es porque Nuestro Señor Jesucristo se ofreció en reparación por nuestros pecados con su sacrificio en la Cruz.

En el Evangelio se nos repite este llamado a la conversión y a la penitencia con más fuerza, Jesucristo es el que se ofreció en sacrificio por nuestros pecados; no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo (1Jn 2,2). Jesucristo dio a los Apóstoles y a sus sucesores el poder de perdonar los pecados por el Bautismo y la Confesión.


¿Existe el perdón de los pecados?


Si, existe el perdón de los pecados porque Jesucristo dio a los Apóstoles el poder de perdonarlos para reconciliar al hombre con Dios y con los hermanos.


¿Cuáles fueron las palabras del Señor al conceder a los Apóstoles la potestad de perdonar los pecados?


Las palabras de Cristo al conceder a los Apóstoles la potestad de perdonar los pecados fueron: "Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; pero a quienes nos se los perdonen, no les quedarán perdonados". Los pecados desaparecen con la absolución del sacerdote, pero hay efectos del pecado que no desaparecen, aunque los pecados estén perdonados, Cada mala acción nuestra, produce un mal hábito, mala costumbre, por ejemplo, la persona que murmura de otra persona que no le cae bien, estimula el vicio de la murmuración, y si se descuida, volverá a hacerlo, pues la absolución no destruye el mal hábito.


¿Cómo cumplieron los Apóstoles el encargo de perdonar los pecados?


Los Apóstoles cumplieron el encargo de perdonar los pecados impartiendo el sacramento del Bautismo a los no cristianos y el sacramento de la Penitencia a los fieles que pecan después del Bautismo.


¿Es necesaria la confesión para el perdón de los pecados?


Es necesario confesar los pecados mortales antes de comulgar, pero en cualquier momento que no puedas confesarte, en un accidente, etc. puedes hacer una oración de contrición, arrepentimiento, por ejemplo “El Señor mío Jesucristo”, o diciéndole a Dios que sientes mucho el haber pecado, o con estas palabras: “Dios mío, te pido perdón por mis pecados, no volveré a hacerlo.” Y Dios te perdonará los pecados.


Gravedad del pecado.


Los pecados, según su gravedad, pueden ser venial o mortal. Para que un pecado sea mortal debe ser una acción mala importante, que yo sepa que es grave, y que tenga total libertad para hacerla. Si falta alguna de esas condiciones el pecado es venial, y no te impide comulgar, aunque siempre es mejor hacerlo y quedar en paz con Dios y con nuestra conciencia.