PADRE NUESTRO


Padre nuestro. por pastoraldelsordo


Algunas personas sienten deseos o necesidad de hablar con Dios, pero tienen dificultad para orar y no saben qué decirle. Los discípulos habían visto como Jesús rezaba a su Padre y le pidieron que les enseñase a ellos a rezar. Jesús les dijo: Cuando quieran orar, digan: “Padre Nuestro…” Dios quiso que le llamáramos con el nombre de “PADRE”. Así te das cuenta que Dios te ama, que no quiere que le llames Creador sino Padre, pues Él nos ama sin condiciones y sin límites.

¡Basta para ser y sentirse feliz, el saber que soy hijo amado de Dios Padre!

Sin embargo, no basta con llamar Padre a Dios, hay que demostrarle nuestro amor de hijo. ¿Cómo podemos hacerlo? Pues, obedeciendo sus mandamientos y prefiriéndole más que a cualquier otra persona o cosa.

¡Padre! Muy feliz me siento en la seguridad de tener por Padre a Dios, el Creador y Señor de todas las cosas creadas! ¡Qué ánimo y confianza y seguridad me da en todas las situaciones y problemas de mi vida saber que Dios es mi Padre!

La palabra Padre la dice y la repite Jesús muchísimas veces en sus predicaciones a los judíos y a los apóstoles, y en sus oraciones. Esto se ve especialmente en los Evangelios de San Mateo y San Juan. San Mateo dice esta palabra 44 veces, y San Juan unas 115 veces. Eso nos hace pensar en la profunda impresión que esta palabra Padre causó en el corazón de los apóstoles y se grabó en su memoria.

Jesús al poner la palabra Padre al principio de su oración, quería producir en nosotros los mismos sentimientos que Él tenía. Por eso a Jesús le agrada mucho que este pensamiento fundamental de su trato con Dios sea recibido en nuestros corazones. Podemos acercarnos al Padre con total confianza, porque su Espíritu Santo nos hace hijos suyos, y podemos hablar a nuestro Padre con la confianza sencilla de hijos, y con la seguridad de ser amados y escuchados.

Decimos Padre “Nuestro” porque por el bautismo todos somos hijos de Dios y hermanos. La Iglesia de Cristo es la comunión de una inmensa multitud de hermanos, que tienen un solo corazón y una sola alma. Todos los bautizados sienten la invitación a participar en la oración de Jesús por la unidad de sus discípulos. Rezar el Padre nuestro es orar con todos los creyentes, para que todos conozcan al único y verdadero Dios y se reúnan en la unidad.

La propia naturaleza nos invita a rezar por uno mismo; pero al amor fraterno nos exige pedir por los demás. Al orar nosotros por todos, todos oran por nosotros. Cuando rezamos en particular podemos decir: Padre mío, Dios mío; pero cuando rezamos con la oración del Señor, decimos: Padre nuestro.