Padre nuestro. Que estás en el cielo. por pastoraldelsordo
Amigos, empezaré por decirles que el Cielo, que dice el Padrenuestro, no es un lugar material, como un pueblo, una plaza, una playa, nada de eso El Cielo es donde está Dios, y, allí donde está Dios hay felicidad total, gozo y alegría sin fin; y ese conjunto de cosas buenas que hay en Dios nosotros la llamamos Cielo. Por ejemplo, una joven pobre está sufriendo mucho, pues vive en una chabola, pasa hambre y frío, y se casa con un joven muy bueno, que le da amor, casa, comida, calor y muchas cosas buenas de la vida. Una amiga le pregunta: ¿Dónde estás, cómo estás? Y la joven le responde: “¡Estoy en el cielo! En la felicidad. Allí donde Dios se manifiesta, allí está el Cielo.
Dios es la felicidad total, y por eso está en el Cielo. Es la presencia del Padre Dios, que lo supera todo: en amor, alegría, felicidad, poder, santidad, a lo que nosotros aspiramos, deseamos con fuerza, y vivimos esperando mientras estamos aquí en el mundo-
A estar con Dios se le ha dado otros nombres, como Jesús dijo: “en la Casa de mi Padre;” al buen ladrón en la cruz: “hoy estarás conmigo en el paraíso.” El profeta Isaías: “nosotros esperamos cielos nuevos y tierra nueva, donde vive el amor y la justicia”
Para conseguirlo voy a luchar por evitar el pecado y apartar mi alma de las cosas de la tierra.
El Cielo es una de las posibilidades que las personas tenemos para después de la muerte, que es lo mismo que el encuentro con Dios.
Dios desea comunicarnos su completa y perfecta felicidad, que es eterna, para siempre, llevándonos al Cielo, llevándonos con Él.
Nosotros somos humanos y no tenemos posibilidad de comprender las cosas sobrenaturales, y con nuestro lenguaje es imposible explicar.
S. Pablo, que sus escritos habla de ver cosas del Cielo, dijo: “el ojo no vio, ni el oído escuchó, ni el corazón humano puede imaginar lo que Dios tiene preparado para premiar a las personas que. le aman”. El Cielo es la presencia de Dios en forma clara: “le veremos así como él es.” “El Cielo es amar y ser amado eternamente.”
Al morir, abandonamos el cuerpo. Dejamos todo lo que es físico: enfermedades, cansancios, dolores, etc. Abandonamos y dejamos todo lo desagradable que hemos tenido en la Tierra. Queda atrás todo sufrimiento. Nuestras tristezas se convertirán en gozos. El gozo del Cielo es un gozo de Amor, pues es el Amor infinito de Dios, porque Dios es Amor.
