La Confesión




LA CONFESIÓN O PENITENCIA

Jesús resucitado dijo a sus Apóstoles: “Recibid el Espíritu Santo; a quienes perdonéis los pecados les quedarán perdonados; a quienes no les perdonéis no les serán perdonados.”
El Sacramento de la Penitencia tiene mucha importancia en la vida de la Iglesia católica, porque está totalmente segura de que Jesucristo entregó a los Apóstoles y a sus sucesores, los obispos y sacerdotes, el poder de perdonar los pecados. Es el signo del perdón de Dios. para los pecados cometidos por los cristianos después del bautismo.

El sacramento de la Penitencia tiene estas partes principales: Examen de conciencia: La persona que quiere confesarse empieza pidiendo a Dios le ayude a recordar los pecados y prepararse a recibir el perdón en la confesión.
Dolor o arrepentimiento por haber pecado, porque por los pecados nos separamos de Dios que tanto nos ama.

Deseo de no hacerlo otra vez y empezar una vida nueva correspondiendo al amor de Dios, cumpliendo sus Mandamientos.
Confesión de los pecados: Es el gesto de humildad sincera del hijo que vuelve a la unión con el Padre, y que manifestamos ante el sacerdote, representante de Cristo que nos acoge en la misericordia de Dios.

Absolución de los pecados: Es el signo del perdón de Dios y el momento principal del sacramento de la penitencia. El sacerdote: pone la mano sobre la cabeza del penitente, hace la señal de la cruz encima de él, y dice: “Yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”

Satisfacción: Cumplir las oraciones, acto de caridad o sacrificio que el sacerdote manda al que se confiesa, y que el penitente acepta hacer como prueba de su deseo de convertirse a Dios y cambiar su conducta.

¿Cómo se celebra el sacramento de la Penitencia? Cada persona que quiere confesarse, después de preparase bien, orando y recordando los pecados, privadamente, dice sus pecados al sacerdote y recibe la absolución o perdón.