LA EUCARISTÍA




Los judíos celebraban cada año su libertad de la esclavitud de Egipto en una cena pascual. Era una gran fiesta. Durante la cena el niño más pequeño de la casa preguntaba al anciano de cada familia el porqué de la fiesta y la cena. Y el anciano le explicaba las cosas maravillosas que Dios había hecho para sacarlo de la esclavitud. Entonces, todos los que estaban en la cena, con gran alegría y agradecimiento, alababan al Señor.

También Jesús quiso, antes de abandonar este mundo y marcharse con el Padre, reunirse con sus Apóstoles en una última cena.
En esa cena, Jesús partió el pan y lo dio a comer a los Apóstoles diciéndoles: “Esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros”. Con estas palabras Jesús quería decir: “Esto que les doy es mi Cuerpo, entregado a la muerte por vuestra salvación, Yo me entrego como el Pan que alimenta la vida de la nueva comunidad que hago con vosotros

Después Jesús les dio una copa llena de vino, y les dijo: “Este es el cáliz de mi sangre”. Es la sangre derramada en mi vida que la entrego por vosotros para el perdón de los pecados. Mi sangre realiza, desde ahora y para siempre, la alianza que Dios, mi Padre, hace con todos los hombres para que se unan con Él y formen el nuevo Pueblo de Dios.”

Al terminar la cena, Jesús dijo a sus Apóstoles: “Haced esto en conmemoración mía”. La Iglesia, que forman todos los cristianos bautizados, cumpliendo este mandato de Jesús, siempre ha celebrado la cena del Señor, que acostumbramos a llamar la Misa. Desde el principio los cristianos acordaron poner, como día de fiesta de la semana, el domingo, porque es el día en que resucitó el Señor.

Los primeros cristianos se reunían especialmente los domingos para cumplir lo que el Señor había mandado en su última cena: “Haced esto en conmemoración mía”. A esta celebración de le llamaba antiguamente la cena del Señor, pero también, fracción del pan.
Uno de los escritos cristianos más antiguos y el primer catecismo conocido, dice que desde muy pronto, la fracción del pan se llamó también con el nombre de Eucaristía, que significa acción de gracias.