II Domingo de Adviento (Ciclo C)






RESUMEN HOMILÍA SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO  C

Dios envió a Juan Bautista a preparar la venida de Jesús.
Juan decía: “Convertirse, porque está cerca el Reino de los cielos”
La conversión es un cambio por dentro y por fuera de mentalidad y conducta.
Aceptar ante Dios y ante los demás que somos pecadores y débiles.
Rebajar la soberbia reconociendo que somos pequeños y necesitamos ayuda.
Aceptar que si nos salvamos es por la gracia y el amor de Dios.
Por voluntad del Padre vino Jesús y se sacrificó para conseguir nuestra salvación.
Nuestra fe y conversión debe manifestarse en nuestra vida diaria y las obras buenas.
Debemos ser testigos de Cristo ante nuestros hermanos los hombres y las mujeres.
Colaborar por la paz, la justicia y la fraternidad entre todos.
Jesús es nuestro modelo, imitarle y pasar por la vida haciendo el bien.
Juan Bautista decía: “Preparar el camino del Señor.”
Debemos crecer en el amor a los demás y estar limpios para la venida del Señor.
En Navidad nace Jesús, viendo y oyéndole a Él sabemos que Dios está con nosotros.
Pedir a la Virgen que nos acompañe hasta en encuentro con su Hijo Jesús.

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Baruc (5, 1-9)

Jerusalén, quítate tus vestidos de luto y tristeza, y vístete siempre del lujo de gloria que Dios te da, ponte el mando de la justicia de Dios y en la cabeza una corona de gloria del Eterno, porque Dios manifestará tu grandeza a todos los que viven en la Tierra.
Dios te dará un nombre para siempre: “Paz en la justicia” y “Gloria en la piedad”.
Jerusalén, ponte en pie, sube a la altura, mira hacia el oriente y contempla a tus hijos, reunidos de una parte a la otra de la Tierra a la voz del Santo, gozosos llamando a Dios.
Caminando se marcharon, conducidos por el enemigo, pero Dios los traerá con gloria. Como llevados en coche real.
Dios ha mandado bajarse a todos los montes elevados y a las montañas altas, ha mandado llenarse a los barrancos hasta allanar el suelo, para que Israel camine con seguridad, guiados por la gloria de Dios. Ha mandado a los bosques y a los árboles olorosos dar sombra a Israel. Porque Dios guiará a Israel con alegría a la luz de su gloria, con su justicia y misericordia.
Palabra de Dios.

R.-Te alabamos Señor.

SALMO RESPONSORIAL. 125, 1-2- 3- 4-5. 6

R.-El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres.
Cuando el Señor cambió la vida de Sión, nos parecía soñar:
La boca se nos llenaba de risa, la lengua de cantares.

R.-El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres.
Hasta los extranjeros decían: “El Señor ha estado grande con ellos.”
El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

R.-El Señor a estado grande con nosotros y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra vida, como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban llorando recogen cantando.

R.-El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres.
Al ir, iban llorando, llevando la semilla;
Al venir vienen cantando, trayendo sus gavillas.

R.-El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres.



SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses.  (1, 4-6. 8-11)

Hermanos: Siempre rezo por todos vosotros, lo hago con gran alegría. Porque han colaborado conmigo en la enseñanza del Evangelio, desde el primer día hasta hoy.
Esta es mi confianza: que Dios que empezó una obra buena entre vosotros seguirá ayudando hasta el día de Jesucristo.
Dios es testigo de lo mucho que amo a todos en Cristo.Y esta es mi oración: que vuestro amor siga aumentando cada día más. Así llegareis al día de Cristo limpios de pecado, con obras de Justicia, con la ayuda de Jesucristo, a gloria y alabanza de Dios.
Palabra de Dios.

R.- Te alabamos Señor.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.  (3, 1’6)

En el año quince del gobierno del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, y los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino la palabrea de Dios a Juan, hijo de Zacarías, estando en el desierto.
Juan recorrió toda la zona del Jordán, predicando el bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro del profeta Isaías:
                               “Una voz grita en el desierto:
                               Preparar el camino del Señor,
                               allanad sus senderos;
                               elévense los valles,
                                abájense los montes y colinas;
                                que lo torcido se enderece,
                                y los ásperos sean suavizados.
                                Y todos verán la salvación de Dios.”

Palabra del Señor.

R.-Gloria a ti, Señor Jesús.