III DOMINGO DE PASCUA




RESUMEN HOMILÍA TERCER DOMINGO DE PASCUA

Jesús les mandó: “Id por todo el mundo y enseñad a todas las gentes.”
 Los Jefes judíos le prohibieron hablar de Jesús y los pusieron presos. Contentos de sufrir por Jesús, decían:
 “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”
Jesús se aparece por tercera vez a un grupo de discípulos a la orilla del lago.
Ahora su cuerpo estaba espiritualizado, se necesita la fe para conocerlo.
 Jesús preparó un desayuno y les invito a comerlo. Eso prueba que era el verdadero Jesús.
Pedro dice: “nosotros comimos y bebimos con Él después de su resurrección.”
Jesús les dijo: “Muchachos ¿han pescado algo? Ellos dijeron: No.
Él les dijo. “Echen las redes a la derecha de la barca y encontrarán peces”
 Cogieron muchos peces, porque lo hicieron con fe en las palabras de Jesús.
Nosotros debemos hacer nuestro apostolado con fe en el poder y la ayuda de Jesús.
 El objetivo de la fe cristiana nos es sólo la búsqueda de paz interior.
 La vida cristiana no puede ser individualista, cada uno por su lado.
Necesitamos la comunidad, que se realiza y fortalece al compartir el Cuerpo del Señor.

DOMINGO TERCERO DE PASCUA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles. (5, 27-32. 40-41)
En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: “Estaba prohibido enseñar en nombre de Jesús, pero vosotros enseñáis por todos los pueblos, diciendo que nosotros, los sacerdotes, somos los responsables de la muerte de Jesús.”
Pedro y los apóstoles contestaron: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, al que vosotros matasteis en la cruz.
Dios hizo a Jesús Jefe y Salvador, para darle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de esto y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.” Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los sacaron de la cárcel. Los apóstoles salieron de la reunión con los sacerdotes contentos de sufrir por ser fieles a Jesús.
Palabra de Dios.
R.-Te alabamos Señor.
SALMO RESPONSORIAL      29, 2 Y 4.5 y 6. 11 y 12 y 13

R.-Señor, te alabaré, porque me has librado.

Señor, te alabaré, porque me has librado
y no permites que mis enemigos se rían de mí.
Señor, libraste mi vida de la muerte,
me diste vida cuando iba a morir.

R.-Señor, te alabaré, porque me has librado.

Cantad para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su santo nombre;
su enfado es pequeño, su bondad eterna;
por la tarde lloramos;
por la mañana, nos alegramos.

R.-Señor, te alabaré, porque me has librado.
Señor, escucha y ten lástima de mi;
Señor, ayúdame.
Cambiaste mi tristeza en alegría.
Señor, Dios mío, te daré gracias siempre.

R.-Señor, te alabaré, porque me has librado.



SEGUNDA LECTURA
Lectura del libro del Apocalipsis. (5, 11-14)

Yo, Juan, escuché la voz de muchos ángeles: eran millones y millones alrededor del trono y de los
 vivientes y de los ancianos, y decían con voz muy fuerte: “Digno es el Cordero sacrificado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría y la alabanza.”
Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, en el mar, que decían:
“Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.” Y los cuatro vivientes respondían: “Amén.”
Y los ancianos se arrodillaron en homenaje.
Palabra de Dios.
R.-Te alabamos Señor.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan. 21, 1-14.

Jesús se apareció otra vez a los discípulos a la orilla del mar de Tiberíades, y fue así:
Estaban juntos Pedro y Tomás, Natanael, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos.
Pedro les dijo: “Voy a pescar”, y los demás le dijeron: “Nosotros vamos contigo” Subieron a la barca, y aquella noche no pescaron nada. Cuando estaba amaneciendo, se apareció Jesús en la orilla del mar, pero los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: “Muchachos, ¿han pescado algo?”Ellos respondieron: “Nada”
Jesús les dijo: “Tirad la red a la derecha y encontrarán pescado.” Ellos la tiraron, y la red se llenó de tantos peces que no podían sacarla. El discípulo a quien Jesús amaba mucho dijo a Pedro:
“¡Es el Señor!” Pedro al oír que era el Señor, se puso la ropa y se echó al agua. Los otros discípulos llegaron en la barca, que estaba a unos cien metros de la orilla del mar, y sacaron la red llena de peces.
Cuando llegaron a la orilla vieron preparado un fuego encendido y un pez encima del fuego y pan.
Jesús les dijo: “Traigan los peces que han cogido.” Subió Pedro a la barca y sacó la red a tierra,
llena de ciento cincuenta y tres peces grandes. Y, aunque eran muchos peces, no se rompió la red. Jesús les dijo: “Vengan y coman.” Y ninguno de los discípulos le preguntó: “¿Quién eres tú?”, porque sabían muy bien que era el Señor. Jesús se acercó, cogió el pan en sus manos y se lo dio a sus discípulos, y lo mismo hizo con los peces.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de resucitar.
Palabra del Señor.

R.-Gloria a ti, Señor Jesús.