VII DOMINGO DE PASCUA SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR




RESUMEN HOMILIA DE LA  ASCENSIÓN DEL SEÑOR

Después  de resucitar Jesús estuvo cuarenta días con sus discípulos.
Ahora me voy al Padre, pero si piden algo en mi nombre yo lo haré.
Les conviene que yo me vaya, para que venga a ustedes el Espíritu Santo.
Él les enseñará todas las cosas  y les recordará lo que Yo les he dicho.
Mientras los bendecía, se fue elevando hasta que una nube lo envolvió.
Se aparecieron dos Ángeles y les dijeron: ¿Qué hacen mirando al cielo?
Jesús terminó su misión en la Tierra y volvió a la unión con el Padre.
El mismo Jesús que se fue al Cielo volverá igual que le vieron alejarse.
En el Credo decimos: “Jesús vendrá para juzgar a vivos y muertos.”
“Volveré y los llevaré, para que donde Yo estoy, estén también ustedes.”
El Espíritu Santo nos fortalece para ser testigos de Jesús por todo el mundo.
Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Se fue y se quedó con nosotros: la Eucaristía.
Si le amamos, rezaremos pidiendo: ¡Ven Señor Jesús!

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. (1, 1-11)

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí todo lo que Jesús hizo y enseñó hasta el día que habló a los apóstoles, que había elegido, por la acción del Espíritu Santo, y subió al cielo. Se presentó a sus discípulos después de su muerte, dándoles muchas pruebas de que estaba vivo, después se les apareció durante cuarenta días y les habló del reino de Dios.
Un día que comían juntos, les aconsejó: “No se vayan de Jerusalén; esperen que se cumplan las promesas de mi Padre. Juan bautizó con agua, pero en unos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.”
Los discípulos rodearon a Jesús y le preguntaron: “Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?” Jesús les contestó: “cuando venga a vosotros el Espíritu Santo, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y hasta el fin del mundo.”
Después, lo vieron levantarse, hasta que una nube lo envolvió y no lo vieron más. Cuando estaban mirando al cielo, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: “¿Qué hacéis mirando al cielo? El mismo Jesús que se fue para subir al cielo vendrá otra vez igual que le vieron marcharse.”
Palabra de Dios.
R.-Te alabamos Señor.

SALMO RESPONSORIAL 46, 2-3. 6-7. 8-9

R.-Aleluya.
Pueblos todos tocad palmas,
alabad a Dios con gritos de alegría;
porque el Señor es grande y fuerte,
rey de toda la Tierra.

R.-Aleluya.

Dios sube con aclamaciones;
el Señor, con música de trompetas;
cantad para Dios, cantad,
cantad para el Rey, cantad.

R.-Aleluya.
Porque Dios es el rey del mundo;
tocad buena música,
Dios reina en todas las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.

R.-Aleluya.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios. (1, 17-23)

Hermanos: Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría para conocerlo, ilumine vuestro corazón, para que comprendan cuál es la esperanza a la que los llama, cual es la riqueza de la gloria que da a los santos, y cuál es la grandeza de su poder para nosotros, las personas que creemos, según su fuerza poderosa, que manifestó en Cristo, resucitándole después de muerto y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo poder de este mundo y del mundo futuro. Y todo lo puso debajo de sus pies, y lo dio a la Iglesia como autoridad por encima de todo. La Iglesia es el cuerpo de Cristo, que llena totalmente el Universo.
Palabra de Dios.
R.-Te alabamos Señor.

EVANGELIO

Termina el santo Evangelio de San Lucas. (24, 46-53)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Así estaba escrito: el Mesías sufrirá, al tercer día resucitará de entre los muertos y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, empezando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Yo les enviaré lo que mi Padre ha prometido; ustedes esperen en la ciudad, hasta que reciban la fuerza del cielo.”
Después los llevó a Betania y, levantando las manos, los bendijo, Y cuando los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se arrodillaron ante Él y volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.
Palabra del Señor.
R.-Gloria a ti, Señor Jesús.