III DOMINGO DE PASCUA




HOMILIA DEL DOMINGO TERCERO DE PASCUA  (A)

Estamos celebrando el tiempo de la Resurrección de Jesús.
La muerte y Resurrección  del Jesús es prueba del amor de Dios.
Jesús está vivo y se apareció a sus discípulos.
Todo eso está dentro de un plan de Dios.
Jesús les dijo:: Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Necesitamos la experiencia de un encuentro con el Señor para fortalecer la fe.
El Señor no se ve, se siente, se nota que el Señor pasó, que allí obró.
Ahora y aquí el Señor está obrando..

El que lo desea, el que lo llama, el que lo busca lo encuentra.
María Magdalena fue al sepulcro a buscarlo y lo encontró.
Pero el Señor, que nos ama, nos busca como a la oveja perdida.
Vino al encuentro de los discípulos de Emaús.
Si no lo invitan a quedarse pasa de largo. Respeta nuestra libertad.

Jesús sigue obrando, curando, perdonando, salvando.
Él pasó por la tierra haciendo el bien, material y espiritual.
A Jesús se le encuentra en la Eucaristía.
El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él.
¿Para que ir a Misa? Para encontrarse con Jesús.
Tener conciencia de su presencia. Pedirlo.
Evangelio, Oración y Eucaristía.

DOMINGO TERCERO DE PASCUA  (A)

PRIMERA LECTURA

Lectura de los Hechos de los Apóstoles (2, 14. 22-23)

El día de Pentecostés, Pedro, junto a los once apóstoles, habló a la gente: judíos y personasde Jerusalén, escuchen mis palabras: Yo hablo de Jesús de Nazaret. El hombre que Dios envió y que hizo curaciones y milagros que ustedes conocen. De acuerdo con el plan de Dios, a Jesús lo cogieron preso y lo mataron en la cruz. Pero Dios resucitó a Jesús.
Hermanos, el rey David murió y lo enterraron, y tenemos su sepulcro hasta hoy. Dios prometió a David hacer rey a un descendiente suyo, y le habló de la resurrección de Jesús, y nosotros somos testigos de que Jesús resucitó después de muerto. Jesús, ahora, está con Dios y ha recibido del Padre el Espíritu Santo y lo ha dado a sus discípulos. Eso mismo es lo que vosotros estáis viendo y oyendo.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL 15

R. Señor, tú me enseñarás el camino de la vida.

Dios mío, protégeme.
Yo digo al Señor: Tú eres mi bien.
Estar con el Señor es mi felicidad.
R. Señor, tú me enseñarás el camino de la vida.
Yo alabaré siempre al Señor, Él me aconseja.
El Señor me enseña hasta por la noche.
Siempre me acuerdo del Señor,
con el Señor a mi lado yo no dudaré.

R- Señor, tú me enseñarás el camino de la vida.

Mi corazón se alegra con el Señor,
y yo descanso tranquilo,
porque el Señor no me abandona,
el Señor me cuida siempre.

R. Señor, tú me enseñarás el camino de la vida.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro. (1, 17-21)

Queridos hermanos: Ustedes llaman Padre al que no hace diferencia entre las personas, y que juzga a cada persona según sus obras; deben vivir bien estos años de su vida.
Ya saben que Dios les salvó del obrar mal que tenían antes, imitando a sus padres: no los salvó con oro o plata, los salvó con la sangre de Cristo, el Cordero perfecto. Este es Jesucristo en el que Dios pensaba desde el principio del mundo y que se presentó para ustedes al final de los tiempos por nuestro bien.
Gracias a Jesucristo ustedes creen en Dios, que lo resucitó después de muerto y le dio gloria, para que pongan en Dios su fe y esperanza.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. (24, 13-35)

El mismo día, dos discípulos de Jesús iban a una aldea llamada Emaús, a once kilómetros de Jerusalén. Hablaban de las cosas que habían pasado esos días. Y el mismo Jesús se acercó a ellos caminando a su lado. Pero algo no dejaba que lo reconocieran. Jesús les dijo: ¿De qué están hablando? Ellos se pararon, llamado Cleofás, le contestó: ¿Tú eres la única persona que no sabe lo que pasó en Jerusalén? Jesús les peguntó: “¿Qué ha pasado?” Ellos le dijeron: “Lo de Jesús Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, aceptado por Dios y por todo el pueblo. Los jefes de los sacerdotes y del pueblo lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él daría la libertad a Israel. Pero ya han pasado tres días. Unas mujeres de nuestro grupo nos sorprendieron, porque fueron por la mañana temprano al sepulcro, y no vieron el cuerpo del Señor, y decían que se les aparecieron unos ángeles diciendo que el Señor estaba vivo. Unos discípulos fueron al sepulcro y lo vieron igual que las mujeres, pero al Señor no lo vieron.” Entonces Jesús dijo: “¡Que torpes son ustedes para creer lo que dijeron los profetas! Ya han leído que el Mesías tenía que sufrir estas cosas para entrar en su gloria.”Y, nombrando a Moisés y los profetas, les explicó lo que las Escrituras decían de Él. Cuando llegaron a Emaús, Jesús quiso seguir el camino, y ellos le dijeron: “Quédate con nosotros porque ya se hace de noche.”Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa con ellos. Jesús cogió el pan, dio gracias a Dios, lo bendijo, lo partió y se lo dio. A ellos se le abrieron los ojos y reconocieron a Jesús; pero Él desapareció. Entonces se dijeron: ¿Verdad que sentíamos que nos ardía el corazón cuando Jesús hablaba y explicaba las Escrituras?  
Ellos se levantaron y volvieron a Jerusalén, y encontraron a los discípulos reunidos que les dijeron: “Es verdad, el Señor ha resucitado y se apareció a Pedro.” Los de Emaús contaron lo que había pasado por el camino y cómo reconocieron a Jesús al partir el pan.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.